Dos caras del mismo London

Hablaba el otro día de Jack London, y voilá, dos rescates literarios de primera, que huelen todavía a tinta, y que cualquier londonadicto no debería dejar pasar.


El primero de ellos, El lobo de mar, es un clásico de la narrativa norteamericana y de la literatura del mar. Relata el fortuito encuentro entre dos personajes que representan visiones opuestas de la condición humana: Humphrey van Weyden, joven intelectual, refinado e idealista que, tras naufragar a bordo de un ferry en aguas del pacífico, es rescatado por un barco dedicado a la caza de focas y capitaneado por Wolf Larsen, el prototipo de "lobo de mar", cruel, despiadado y sin escrúpulos. Sometido a su tiránica autoridad, el joven descubrirá la dureza y la impiedad de un mundo primitivo que sin embargo le ayudará a consumar su aprendizaje moral. Lo edita Mondadori en su colección Grandes Clásicos, y nos llega en traducción del acreditado Javier Calvo. 


El segundo título es La peste escarlata. Su acción se desarrolla en 2072, sesenta años después de que una implacable epidemia, llamada Muerte Roja, diezmara la raza humana reduciendo a los sobrevivientes a un nuevo primitivismo salvaje y violento. Un viejo maestro sobreviviente de la pandemia intentará desesperadamente recuperar e inculcar los valores perdidos a sus nietos en un largo y difícil camino hacia el conocimiento. Relato post-apocalíptico que inauguró el género de novela catástrofe, y que ha dejado honda huella en numerosos autores, sin ir más lejos el contemporáneo Cormac McCarthy, que plasma un universo parecido en La carretera. Clásico memorable sobre la fragilidad de la civilización, en ella London exhibe toda la desesperanza de su época y anticipa el crecimiento de un capitalismo feroz. Editado por Libros del Zorro Rojo, con la calidad, el gusto y la factura (esto, en su doble sentido) a los que nos tiene acostumbrados, incluye unas impactantes ilustraciones del artista argentino Luis Scafati. 

Dos obras -dos caras del mismo London-, que nos aguardan pacientes, sin prisa, pero sin pausa. 

Comentarios

  1. Me seduce mucho la segunda propuesta de hoy. Más de uno debería leer "Peste Escarlata" para ver si le ayuda a recuperar valores perdidos...

    ¡Tarea muy complicada (la de mantener determinados valores o,en el peor de los casos, recuperarlos) en los tiempos que corren!

    Un saludo a todos los seguidores de El Infierno.

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  2. Sin ànimo de resultar desagradable, ! Que pena, que esta peste escarlata no se desarrolleben 2012 y se lleve por delante a esa gran cantidad de indeseables que nos rodean! ¿No viviriamos mejor? Sinal fin y al cabo no aportan nada.

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  3. Magdalena: anímate y échale un ojo en alguna librería, a lo mejor te ayuda a decidirte. Desde luego, merece la pena. Es caro, pero es una edición para tener y disfrutar.

    A. Luis: tengo una buena noticia para ti, y es que la acción se desarrolla en 2072, pero la peste estalló en 2013, así que ánimo, que queda poco. :))

    Saludos infernales.

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  4. Llego desde a consulta de Tongoy, aquí un infierno muy sensato encuentro. Saludos.

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  5. Gracias, Anónimo. Y bienvenido a este acogedor infierno.

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  6. Soy nueva en el blog, me lo ha recomendado un buen amigo. Propuesta muy interesante para este verano, estoy de acuerdo en que los valores se están perdiendo pero suena muy radical lo de la apocalipsis para un nuevo renacer, aunque a veces...., un saludo a todos

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  7. En efecto, Isabel, pero por lo que estamos viendo y viviendo está claro que estamos al final de una etapa (mundial) y al comienzo de otra, desde luego no mejor que la anterior. Cosas que nos era imposible concebir, en poco tiempo vemos que ahora son posibles. Aunque quizá estemos metidos en el bosque y los árboles sean demasiado espesos para permitir ver la luz. No sé, no sé.

    Y bienvenida al infierno.

    Saludos.

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