Un libro oxigenado
("Una temporada para silbar" de Ivan Doig)

Una temporada para silbar, Ivan Doig. Ed. Asteroide
Hablaba el otro día con D. sobre los mecanismos para encontrar un libro de divulgación científica en el que estaba interesada -ella es docente-, cuando me vino a la cabeza recomendarle una lectura con la que seguro -estoy convencido- va a disfrutar mucho este verano. D. no tiene mucho tiempo para leer ficción, demasiado tiene con abordar páginas y esquemas y experimentos y fórmulas y cuadros sinópticos de literatura científica, árida y aburrida -aunque ella diga que no- y cumplir, de ese modo, con las exigencias de su exitosa y -aunque ella vuelva a decir que no- satisfactoria actividad docente. Por ello, cualquier recomendación literaria que se le haga a D. debe atenerse a tres principios básicos. El primero, que sea jugosa; el segundo, que proporcione una evasión inteligente, exenta de las idioteces propias de la literatura de supermercado tipo matildeasensiana o julianavarriana; y el tercero, y sobre todo, que sea estimulante, emocionalmente hablando. Esos tres ingredientes, que no son pocos (en realidad constituyen el nirvana para cualquier lector exigente de cualquier época), son garantía más que suficiente para que D., a vuelta de lectura, te agradezca sinceramente el detalle de aconsejarle un título, en sintonía con sus gustos y personalidad, de entre la confusa marabunta impresa que suponen las listas de novedades literarias.

Y hete aquí que estos tres preceptos básicos los cumple de sobras Una temporada para silbar, el título que le recomendaba el otro día a D. El autor, Ivan Doig, considerado uno de los mejores cronistas contemporáneos del Oeste americano, pone su elegante y cristalina prosa al servicio de una historia deliciosa por su ternura y entrañables protagonistas.

“No cocina, pero tampoco muerde”. Así comienza el anuncio en el que Rose Llewellyn, una viuda de “buenas costumbres y disposición excepcional”, se ofrece en el otoño de 1909 como ama de llaves; la frase capta de inmediato la atención de Oliver Milliron, un viudo con tres hijos y poca maña en las tareas domésticas, que la contrata para poner un poco de orden en su casa de Marias Coulee, Montana. Y así comienza también la inolvidable temporada que Rose y su hermano Morris, un dandi sabelotodo, pasarán en este pueblo de granjeros. Cuando la maestra local se escapa con un predicador, Morris se verá obligado a aceptar su puesto; sus particulares métodos de enseñanza marcarán para siempre a los jóvenes alumnos de la escuela rural. Ni ellos ni la familia Milliron ni el pueblo de Marias Coulee volverán a ser los mismos tras la llegada de Rose y Morris.

La novela de Doig es, principalmente, una reflexión sobre la infancia y el papel que la educación escolar juega en ella, pero exenta de buenismos, cursilerías y sermones políticamente correctos. Fluida, bien escrita, optimista, casi carismática, es esta una obra oxigenada, una ventana de aire puro y refrescante, un punto de referencia del buen gusto literario y un antídoto contra tanta horterada como abarrota los anaqueles de nuestras sufridas librerias. Horteradas, ay, que incluso muchos llegan a confundir con Literatura.

Comentarios

  1. Hola, Barbusse: casualmente vi hace poco en la librería esta obra y me atrajo muchísimo, en parte porque me pareció que estabn en la línea de otro título quie Asteroide publicó hace un tiempo, "Me voy con vosotros para siempre", de Fred Chappell, y que ya me pareció una delicia. Creo que vas a ser el responsable de que me decida finalmente a llevármelo a casa.

    Saludos.
    PEdro

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  2. Esta novela es estupenda. La leí hace poco y me costó muchísimo marcharme de Montana, ¡qué nostalgia! No en vano, Doig está considerado como uno de los grandes cronistas norteamericanos. Ahora estoy leyendo "Ángulo de reposo", de Stegner, otro gigante de las letras americanas. Es un estilo distinto, pero muy bueno igualmente.
    "Una temporada para silbar" es uno de esos libros que te acompañan durante mucho tiempo y a los que vuelves para descansar, ¿a qué sí? Atención a la editorial Libros del asteroide, tienen muy buenos libros y la edición está hecha con gran mimo.
    Me alegro que disfrutaras de esta estupenda historia. Un saludo!

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  3. Esta mañana, he visitado el Infierno de Barbusse, y me he reonocido en la entrada Un Libro Oxigenado, en donde se recomienda una lectura para este verano. T., lo compraré y lo leeré. Por supuesto, que a la vuelta de mi lectura te lo agradeceré. Sé que tendré entre mis manos una buena obra literaria, y no me ocurrirá lo que con el libro que empecé a leer, ya sabes cuál es, y a las pocas páginas se" me pusieron los ojos significativamente en blanco" al ver lo que leía, y eso que sabes que no soy una experta lectora. Con sus palabras, T. expresa con trazos firmes entre los cuales se cuelan delicadas sombras el amor que siente por la buena literatura.
    Hasta pronto.

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  4. Pedro: sigue tu olfato y léelo, yo solo hago confirmar una primer intuición.

    Mónica: qué nostalgia de la lejana Montana cuando cierras el libro. Es un libro tan, tan..., oxigenado y oxigenante. Me alegro que compartamos gustos literarios. Bienvenida.

    D.: ya te digo, no confundir la horterada con la literatura es el primer paso. Este verano, de vacaciones a Montana, qué envidia. Un abrazo.

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  5. Tiene una pinta estupenda. Lo pondré en mi cada vez más larga lista de posibles compras....

    Por otra parte noto una cierta animadversíón hacia la escritora M. Asensi, y yo quiero romper una lanza y me declaro seguidor absoluto de sus libros. Soy consciente de que no es buena literatura, y cuando leo sus libros lo sé, y cuando los compro soy plenamenta consciente de ello, pero que quieren que les diga, me lo paso en grande con ellos, son amenos, divertidos incluso, y están bien documentados. La verdad es que me lo paso en grande leyendo a M. Asensi, a pesar de ser mala literatura, pero si soy sincero, hay otro libros que pasan o son literatura de calidad, y que tambien leo, pero con los que se me abre una boca, que rianse ustedes del leon de la metro....

    Saludos

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    Respuestas
    1. ¿Animadversión, tú crees? Yo lo veo más como una adjetivación, no me lo había planteado así.
      Ahora que lo dices... :))

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  6. Ya me lo terminé y tienes razón es una buena lectura que no decepciona para nada. Al principio pensé que quizás una historia en Estados Unidos a principios del siglo pasado podía ser un poco más de lo mismo, pero la familia Milliron, esos dos "hermanos" falsos que quieren rehacer su vida lejos de los problemas que ellos mismos se han causado, y sobre todo las vivencias en una escuela en que todos compartían aula me ha hecho leer el libro de cabo a rabo en un día.
    Es una historia tan normal, tan de cualquier día quitando la diferencia de los más de 100 años que muchas veces se me olvidaba que estaba en otro país y en otra época.
    Toby, quizás sea el personaje que más me ha gustado por su inocencia al hacer declaraciones..
    Muy buena recomendación, muchas gracias.

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