Lectura ilustrada Don Quijote, II, caps. 43-45

Ilustración de D.A. Bichard para la ed. de París, R. Schulz, ca. 1880

Actividades

A) Observa la imagen que se muestra arriba y contesta: 1. ¿Se puede saber dónde está Sancho y qué hace ahí con tales pintas? 2. ¿Le gusta al escudero su nuevo tratamiento de Don Sancho Panza? 3. ¿A cuál de los primeros pleitos que va a juzgar Sancho corresponde el que vemos en la ilustración? 4. ¿Entre qué dos personas tiene lugar tal disputa? 5. ¿Cuál es la sentencia del gobernador Panza al respecto? 6. El segundo pleito, ¿quiénes lo protagonizan y cuál es el motivo del conflicto? 7. ¿Cómo sabía Sancho que en la cañaheja estaban los diez escudos? 8. ¿Con quién comparan los vecinos de la ínsula a su nuevo gobernador tras la resolución de este juicio? 9. En el pleito de la mujer y el ganadero, ¿cómo demostró nuestro flamante gobernador que la mujer mentía ?

 B) Observa las ilustraciones que se muestran en este enlace (solo para participantes inscritos) y agrúpalas en función del capítulo al que hacen referencia. Contesta: 1. ¿Quiénes son los personajes que aparecen en las imágenes nº 2 y 11? 2. Con la separación de don Quijote y Sancho, y con la narración de experiencias en capítulos alternantes, desarrolla Cervantes los primeros intentos de simultaneísmo temporal en la historia de la novela, es decir, atiende a la vez a lo que ocurre en los dos focos espaciales, dedicando alternativamente un capítulo a cada uno. ¿En qué párrafo del capítulo 44 el autor se dirige al amable lector y le hace partícipe de esta alternancia? 3. Después de la escena de la imagen nº 1, don Quijote le confiesa a la duquesa: "Verdad es, señora mía, que siento la ausencia de Sancho; pero no es ésa la causa principal que me hace parecer que estoy triste". ¿Llegamos a saber cuál es el motivo de su tristeza? 4. Don Quijote le está dando unos consejos a sancho en la imagen nº 8; ¿cuáles de los siguientes no salen jamás de boca de nuestro caballero?: 
Comer poco y cenar más poco
Cortarse las uñas
Hablar en voz alta
No comer ajos ni cebollas
No eructar delante de desconocidos
Ser templado en el beber
Peinarse siempre con un peine
No vestir gregüescos
Dormir con generosidad
No ensartar refranes
No limpiarse la boca con la manga

Pregunta conjunta

Llevamos ya bastante avanzada la lectura de esta segunda parte de la novela como para poder tener una escena, una aventura, un momento, un personaje o una frase, etc. que sea nuestra preferida. ¿Cuál es tu caso? Comparte tu opinión en la zona de comentarios.


Envía tus respuestas a elinfiernodebarbusse@gmail.com a lo largo de esta semana. Si por algún motivo no has podido leer durante esta semana, no hay problema por enviar varias actividades conjuntamente, siempre que esta excepción no se convierta en un hábito general.

Apunte gráfico (solo para curiosos) ver

Comentarios

  1. La verdad es que es bastante complicado elegir una sola aventura o una sola frase, pero si tengo que elegir me quedo con la aventura de la cueva de Montesinos, que me parece soberbia, por su forma de contarlo, por su imaginación al describir todo lo que encuentra don Quijote al bajar, etc. Todas las aventuras en la casa de los duques son divertidisimas, y en especial la de Clavileño es maravillosa. Una escena que me hizo reir de verdad, es cuando Sancho presenta a su amo a la duquesa, todavía en el campo, y lo primero que hace don Quijote, es caerse del caballo de manera ridicula....es impagable. Todos los refranes de Sancho, las bodas de Camacho, la aventura de los leones, en fin, es dificil elegir.

    Saludos

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  2. Elijo la aventura de Clavileño. Porque en este capítulo existen muchas frases que Sancho dice cuando se niega a subir en Clavileño, las cuales me parecen magnificas como que no era brujo para volar por los aires; Cendaya quedaba muy lejos, podía tardar mucho en volver y perdería la ínsula, pues “en la tardanza va el peligro” (La demora en la ejecución de una acción puede hacerla fracasar) y, “cuando te dieren la vaquilla acudas con la soguilla” (hay que aprovechar las ocasiones cuando se presentan); por lo tanto quería seguir el refrán que dice “bien se está San Pedro en Roma” ( es mejor dejar las cosas como están).
    De este mismo capítulo me encanta la escena que detallo a continuación, la cual, me la imagino y me provoca risa: cuando hacían el viento por detrás de Sancho y don Quijote que ocurría porque los criados del duque con fuelles lo provocaban y por delante el calor provocado por las estopas y mientras, don Quijote y Sancho comentaban los lugares por donde pasaban. Este último decía que se estaban acercando a la región del fuego, porque se le chamuscaban las barbas. Jajaja es buenísimo.
    También me gusta como remata la aventura, los criados le pegaron fuego a Clavileño por la cola. Explosionaron los cohetes que en vientre llevaba. Voló por los aires y ellos cayeron al suelo medio chamuscados. Cuando se levantaron, se sorprendieron de verse en el mismo jardín del que habían salido, la gente, excepto las dueñas que habían desaparecido, estaba tendida por tierra. Y me parece fantástico como termina cuando la duquesa le preguntó a Sancho que cómo le había ido. Le contestó que se descubrió un poco y, desde arriba, vio la tierra como un grano de mostaza y a los hombres como avellanas; que vio también “las siete cabrillas”, que se bajó de Clavileño y jugó con ellas.
    Esta es mi aportación, un saludo y buena semana.

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  3. como ha dicho más arriba es muy difícil elegir un momento, una aventura, ya que de todos puedes sacar algo provechoso. A mi, personalmente una aventura que me gusta mucho es la del barco encantado, todavía en ella está don Quijote en plena "forma" (luego vamos viendo como va menguando en su carácter) y Sancho todavía incrédulo antes las decisiones tomadas por su amo (aunque luego también vemos como esto va cambiando). En cuanto a personajes Maese Pedro con el mono sabio, para descojonarse vamos.
    Un saludo

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  4. Como todos mis compañeros apuntan, es muy complicado elegir un momento o un capítulo o una frase. Uno, claro, las cogería todas, hasta las que menos le gustan. Pero, y por no repetir, me quedaré con algo cómico, que alcanza en los capítulos que hemos leído esta semana cotas de humor desternillante. Me refiero al “latiguillo” de los refranes de Sancho. Ya en la primera parte del Quijote hemos visto cómo Sancho ensarta refrán tras refrán, vengan o no a cuento, muchas veces sólo por hablar, por no estar un rato en silencio. Y ya en el capítulo 43 (leído esta semana) vemos que Don Quijote estalla. Está el buen hombre dándole sus consejos, entre los que está el de no ensartar refrán tras refrán, ¿y qué hace Sancho? Pues soltarle una retahíla de refranes. Y Don Quijote, que casi lo podemos ver ya rojo de rabia, explota: “¡Oh, maldito seas de Dios, Sancho! –dijo a esta sazón don Quijote–. ¡Sesenta mil satanases te lleven a ti y a tus refranes! Una hora ha que los estás ensartando y dándome con cada uno tragos de tormento. Yo te aseguro que estos refranes te han de llevar un día a la horca; por ellos te han de quitar el gobierno tus vasallos, o ha de haber entre ellos comunidades.” Y esto de los refranes es un ejemplo del talento sin límites de Cervantes: cómo ha ido cocinando a fuego lento este motivo para hacer que ya el lector, en cuanto Sancho dice dos refranes, espere la reacción de Don Quijote.
    Abrazos a todos los compañeros de lecturas.

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  5. Si hay que elegir una aventura, es difícil Sr. Barbusse elegir una sola; Llevamos vividas muchas aventuras en esta segunda parte, y muchas ya se han señalado y otras no: la del Caballero del Bosque y su escudero; la de Dulcinea encantada saltando de la jaca; la del Caballero de los Leones; La carreta de las Cortes de la Muerte; El Retablo Maese Pedro y el Mono Adivino; El Barco Encantado; la Cueva de Montesinos; La aventura de Clavileño; No sabría cual elegir, con todas lo he pasado bien, fantásticamente bien, y en algunas las carcajadas se me iban y venían a cada instante.

    Por aportar algo diferente y dado que se han señalado momentos y aventuras muy divertidos, señalaré yo tres momentos para mí principales de esta segunda parte, pero emotivos, de los que te llegan al corazón. Momentos que no son sino la manifestación más profunda del afecto que hay entre nuestros queridos y entrañables amigos y el de sus acompañantes : amor, afecto, ternura quedan plasmados y pintados y dibujados a la perfección por la pluma de Cervantes. Se hayan en varias partes de esta segunda parte sobre todo entre D. Quijote y Sancho. Señalaré tres escenas, para mí Bellas, Hermosas, Entrañables y Emotivas.

    Capítulo 12: Rocinante y el Rucio.
    “Y así lo hizo Sancho, y le dio la misma libertad que al rucio, cuya amistad de él y de Rocinante fue tan única y tan trabada, que hay fama, por tradición de padres a hijos, que el autor de esta verdadera historia hizo particulares capítulos de ella, … y escribe que así como las dos bestias se juntaban, acudían a rascarse el uno al otro, y que, después de cansados y satisfechos, cruzaba Rocinante el pescuezo sobre el cuello del rucio (que le sobraba de la otra parte más de media vara) y, mirando los dos atentamente al suelo, se solían estar de aquella manera tres días, a lo menos todo el tiempo que les dejaban…”

    Capítulo 13: Sancho – acerca de D. Quijote. Conversación con el escudero del Caballero del Bosque.
    “Eso no es el mío- respondió Sancho-, digo, que no tiene nada de bellaco, antes tiene un alma como un cántaro: no sabe hacer mal a nadie, sino bien a todos, ni tiene malicia alguna; un niño le hará entender que es de noche en la mitad del día, y por esta sencillez le quiero como a las telas de mi corazón, y no me amaño a dejarle, por más disparates que haga”.

    Capítulo 32. D. Quijote – acerca de Sancho. Conversación con los Duques.
    “Por otra parte, quiero que entiendan vuestra señorías que Sancho Panza es uno de los más graciosos escuderos que jamás sirvió a caballero andante: tiene a veces unas simplicidades tan agudas, que el pensar si es simple o agudo causa no pequeño contento; tiene malicias que le condenan por bellaco y descuidos que le confirman por bobo; duda de todo y créelo todo; cuando pienso que se va a despeñar de tonto, sale con unas discreciones que le levantan al cielo. Finalmente, yo no le trocaría con otro escudero, aunque me diesen de añadidura una ciudad…”


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  6. Me sumo al sentimiento general, es muy difícil elegir un capítulo, un momento, menos una frase, después de todo lo leído, me vuelvo loca sólo de pensarlo.
    Como María de los Remedios yo creo, si tengo que elegir una aventura, que voto por la aventura de Clavideño, y no sólo por nuestro amigo Sancho, que está "gigante" durante toda la aventura con sus comentarios, sus excusas y refranes, sino porque la historia en sí me parece maravillosa, al margen de que piense que los duques se están pasando ya con nuestros amigos, claro. Toda la historia está muy bien contada y muy bien pensada, y se cuida hasta el más mínimo detalle.
    También me encanta y comparto esa admiración por la amistad y el cariño que hay entre don Quijote y Sancho y que vemos como va creciendo capítulo a capítulo, aunque Sancho saque a don Quijote de sus casillas con sus refranes. Y no sólo el cariño crece entre ellos, en estos últimos capítulos hemos visto como se unen en la locura, y así don Quijote le dice a Sancho al oído “Sancho, pues vos queréis que se os crea lo que habéis visto en el cielo, yo quiero que vos me creáis a mi lo que vi en la cueva de Montesinos. Y no os digo más.”.
    Por aportar una nueva anécdota graciosa haré referencia al final de la aventura del rebuzno, después de que don Quijote pusiera pies en polvorosa y Sancho recibiera los palos; Sancho le dice a don Quijote "Subamos y apartémonos de aquí, que yo pondré silencio en mis rebuznos, pero no en dejar de decir que los caballeros andantes huyen y dejan a sus buenos escuderos molidos como alheña o como cibera en poder de sus enemigos", y don Quijote responde "No huye el que se retira, porque has de saber, Sancho, que la valentía que no se funda sobre la basa de la prudencia se llama temeridad, y las hazañas del temerario más se atribuyen a la buena fortuna que a su ánimo". Este es un ejemplo de lo que siempre he pensado desde que empezamos nuestra aventura de la lectura ilustrada del Quijote, que nuestro hidalgo es un maestro en salirse con la suya, da igual lo que haga, siempre encuentra una explicación bien argumentada para sus actos, es un maestro.
    Un placer seguir compartiendo con todos las aventuras de Don quijote y Sancho.
    Un abrazo

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  7. Me quedo con la aventura de la Cueva de Montesinos, y toda su galería de maravillosos personajes, unos capítulos esos inolvidables y repletos de imaginación. Además hay ahí como un punto de inflexión a partir del cual don Quijote ya no va a ser el mismo, su carácter va a cambiar y se torna a menos animado y más melancólico. Un saludo a todos.

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  8. El vuelo sobre Clavileño, Malambruno, la Dolorida, el sirviente de los duques vestido de Merlín, el paje disfrazado de Dulcinea, los azotes, Trifaldín el de la blanca barba, toda esa parte es fantástica, con unos diálogos graciosísimos y unas situaciones casi surrealistas. Cervantes se suelta del todo y eso se nota en la lectura. Esa es mi opinión.

    Un abrazo.

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  9. Las escenas de Sancho y Teresa Panza son también inolvidables, no me digan que no.

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    1. Tentado he estado de quedarme con el valor desmesurado de don Quijote en la aventura de los leones, o las de continuo sabrosísimas intervenciones de Sancho en la de Clavileño, o en la estupenda carta que este último hace escribir para su esposa.
      Pero si con una sola he de quedarme, elijo la de la cueva de Montesinos. Por su carácter onírico, por su fantasía desbordante, y por la sorpresa y las carcajadas que me causó la mordaz descripción de la señora Belerma, que “no toma ocasión su amarillez y sus ojeras de estar con el mal mensil ordinaro de las mujeres, porque ha muchos meses y aun años que no le tiene ni asoma por sus puertas.”

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  10. Me llama mucho la atención la suspicacia de Sancho, que se acrecienta a medida que avanzamos en la historia. Concretamente cuando se despide de todos para marchar a la ínsula, al oír hablar al mayordomo del duque, se dirige a don Quijote: " Señor, o a mí me ha de llevar el diablo de aquí de dónde estoy, en justo y en creyente, o vuestra merced me ha de confesar que el rostro de este mayordomo del duque, que aquí está, es el mismo de la Dolorida". Y es que se presentan determinados momentos en los que da la impresión que Sancho sospecha que todo es una burla, o que hay algo detrás de la por otra parte ya pesadísima actuación de los duques. Y es que una broma está bien, pero llega un momento en que se pasan de "graciosos". Es que si lo trasladamos a los tiempos actuales no paran de hacer "bulling" a don Quijote. Jajaja
    Un saludo.

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  11. Es difícil elegir una escena, esta segunda parte está repleta de momentos muy divertidos. Me gustó mucho el episodio de Clavileño y en general todo lo que está pasando con los duques, pero también me pareció muy curiosa el episodio del pueblo de los rebuznos, "No rebuznaron en balde el uno y el otro alcalde", y es que, para variar, terminó mal por culpa de Sancho y sus rebuznos. De esta aventura me acuerdo especialmente de cuando Sancho le recrimina a don Quijote su huida de las pedradas de los rebuznadores: "Subamos y apartémonos de aquí que yo pondré silencio en mis rebuznos; pero no en dejar de decir que los caballeros andantes huyen, y dejan a sus buenos escuderos molidos como alheña, o como cibera, en poder de sus enemigos."
    Un saludo.

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  12. Pues es difícil, porque me he reído mucho y me han parecido algunas cosas sumamente ingeniosas. Pero no puedo evitar que me vengan siempre al recuerdo las escenas de ternura con los animales. Ya antes me pareció preciosa la escena de la amistad entre el rucio y Rocinante y la del "abandono" de los dos en una de las orillas del río que van a cruzar. Aquí, en el capítulo XLIV, me parece también llena de ternura la mirada de Sancho, montado en su caballo de gobernador, a su rucio, que le sigue enjaezado, con sedas y flamantes, y tan lleno de orgullo.
    Y siguiendo en la misma línea de ternura, pero triste, me gusta mucho la descripción de la pobreza del hidalgo, con sus medias necesitadas de remiendos.
    Conmueve profundamente.
    Se ve que me inclino por lo melancólico. Más me sorprende encontrarme con esta clase de sentimientos en el Quijote.
    Un motivo más para estar encantada de haber emprendido esta aventura.
    Un saludo.

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  13. La aventura de los leones, esa es mi preferida y el grandioso "¿Leoncitos a mí? ¿A mí leoncitos y a tales horas?" Don Quijote ahí estaba en plena forma y no tan decaído como ahora. Saludos.

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  14. Y supongo que también tendrán -a fuerza de saturación y enristramiento- un refrán de Sancho preferido.

    El mío (entre otros muchos):

    "Tan presto se va el cordero como el carnero".

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  15. Me quedo con el primero: 'Váyase el muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza', jajaja

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  16. A mí me gusta el capítulo XXXVI cuando la duquesa le preguntó a Sancho que si había empezado a darse los azotes para conseguir el desencanto de Dulcinea. Le contestó que sí; al preguntarle que con qué se los había dado, le dijo que con la mano. Le regañó y le exhortó a que fuese más duro con la penitencia, advirtiéndole que: “La letra con sangre entra” (Nada se consigue sin esfuerzo); No se va a dar la libertad de Dulcinea por tan bajo precio; Las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni sirven para nada”. Aceptó Sancho sus deseos y le pidió algún tipo de disciplina con la que se flagelaría convenientemente. A continuación le dijo que llevaba una carta escrita para su mujer, Teresa, en la que a manera de como escriben los gobernadores, le decía todo lo que había ocurrido desde que se apartó de ella.

    Le comunicaba que se iba a azotar para desencantar a Dulcinea, pero que no se lo dijera diga a nadie, pues como dice el refrán “pon lo tuyo en concejo, y unos dirán que es blanco y otros que es negro” . También le decía que tenía muchos deseos de ser gobernador porque así obtendría dinero, “porque me han dicho que todos los gobernadores nuevos van con este mismo deseo”. Le mandaba muy buenos recuerdo de parte de la duquesa y le pedía que se los devolviera con creces, como le había enseñado don Quijote, pues no hay cosa que menos cueste ni valga más barata que los buenos comedimientos”. Se despedía de ella asegurándole que cuando fuera gobernador conseguirían riquezas.

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  17. ¿Y un refrán? Sin duda: "a idos de mi casa, y qué queréis con mi mujer, no hay responder"

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  18. En estos -enristramientos- de refranes de los que siempre se queja D. Quijote por el uso que de ellos hace Sancho, unas veces bien encajados y otras según don Quijote fuera de lugar, hay que tener en cuenta, que a veces éstos no son refranes, sino metáforas, o símiles, o lenguaje pintoresco que usa Sancho igualmente así enfilado, ensartado y todo seguido. Pero D. Quijote siempre se refiere a ellos como refranes.

    Aquí dejo dos que a mí me encantan (entre muchos otros):
    "El buey suelto bien se lame" (capítulo XXII)
    "Por su mal le nacieron alas a la hormiga" (capítulo XXXIII)

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  19. Por mi parte, me reí muchísimo con las tres labradoras que Sancho muy oportunamente acomodó a la locura de Don Quijote, diciéndole que eran Dulcinea y sus doncellas. El pobre don Quijote se arrodilla atónito y escucha las réplicas rústicas de las aldeanas, y cuando va a intentar ayudar a subir a la burra a su amada, esta coge carrerilla y...eup!! Hace un salto que ni en el plinto, y se planta sobre la montura. Es graciosísimo!
    Por supuesto toda la farsa que monta la duquesa con Trifaldín, La Dolorosa, Clavileño...es muy ocurrente. Pero es que hay tantos y tantos momentos jocosos que cada pasaje es memorable en Cervantes.

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  20. "Entre dos muelas cordales nunca pongas tus pulgares"

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  21. Es difícil escoger una aventura sola. Me ha gustado mucho la de Cardenio y su amada. Desde que lo encuentran por el bosque hasta el final de esa historia. Bueno, no sé si será el final, igual reaparece. La cueva de Montesinos es una historia que me ha gustado también. Y ésta de Clavileño me parece muy original.

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