El corta y pega de Balzac
Luego dicen que los escritores pretecnológicos no tenían mérito. Y más aquellos obsesos de la perfección que hacían de las pruebas de imprenta auténticos cuadros abstractos. Nada de cortar y pegar, remplazar en bloque o hacer copia de seguridad. A pelo...
En la imagen: pruebas de imprenta de Eugénie Grandet con correcciones manuscritas de su autor, Honoré de Balzac, 1833.
Balzac era grande hasta en sus excesos. Escribía sin parar y corregía sin parar. Para que luego digan que su estilo era descuidado. Qué se le va a hacer, los tópicos prosperan, y este se ha alimentado de una comparación injusta con otro escritor patológico, Flaubert, del que tan brillantemente has hablado en tus últimos artículos. La cuestión es que mientras el segundo se leía una enciclopedia de botánica para documentarse sobre una descripción que no le iba a ocupar más allá de un párrafo, el otro escribía toda una novela.
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