1984, de George Orwell

Decía George Orwell que "para escribir en un lenguaje claro y vigoroso hay que pensar sin miedo. Y si se piensa sin miedo no se puede ser políticamente correcto". Esto, aparte de ser una verdad como un templo, es la definición más precisa de su estilo y, en última instancia, de su manera de entender la literatura: como una herramienta de la que dispone el individuo para alejarse de la estupidez y el adocenamiento. Su obra sigue viva -quizá más viva que nunca- porque ese futuro que él imaginó -y temió- en un remoto año 1984 está aquí y ahora  -treinta años después-, si es que no lo ha estado siempre. 

Escribió contra los totalitarismos de cualquier pelaje (fascitas, comunistas) pero su denuncia también se ajusta como un guante a la dictadura del pensamiento único, de la economía, de la imbecilidad, del aborregamiento, de la pseudointelectualidad y de la desidia. Es justo ver su 1984 como una espeluznante crítica sobre la deshumanización del hombre moderno, sobre los riesgos de que éste llegue a convertirse en un permanente anestesiado que asiste, dócil y aquiescentemente, a cualquier intromisión o coartación de su libertad. Hombre autómata, hombre esclavo, hombre obediente. Hombre acrítico que nunca pone en tela de juicio la verdad oficial, la verdad admitida, la verdad irrefutable que se le cuenta. Buen chico que no comete travesuras; esto es, que no piensa; esto es, que no molesta. Buen muchacho al que se le da una palmadita en la espalda porque siempre acaba pasando, obediente y sin formar ruido, por el aro que mejor conviene al poderoso y vigilante "Gran Hermano" de turno.

Orwell en la BBC, 1942

Libro importante y exponente de las inquietudes más profundas y universales del ser humano, es mucho lo que hay dentro de sus páginas que nos incumbe, que nos toca de un modo particular y directo como personas. Ahora -siempre, en realidad- es buen momento para leer, si aún no lo ha hecho -no se disculpe, todos cometemos errores-, la trágica historia de Winston Smith que tiene lugar en la lúgubre atmósfera de un Londres fantasmal de 1984. Lumen acaba de poner en la calle una edición especial con traducción de Miguel Temprano García, el prólogo que Umberto Eco escribió para la edición italiana aparecida el año que da título a la obra, y una austera pero preciosa cubierta (en tapa dura, por supuesto, como es de recibo para un libro de obligada perdurabilidad).

"Lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano", escribió Orwell. No se me ocurre mejor resumen o mejor eslogan para su 1984.

Comentarios

  1. Una preciosa edición de un libro que nunca se debería leer demasiado joven, pero que nunca se debería dejar de leer. No es literatura fantástica, es un retrato terrible del totalitarismo, una concepción política del estado y de la sociedad que se implantó sobre buena parte de la superficie terrestre con un enorme coste humano, y que aún existe en algunos desgraciados países. Buena traducción, bellísima cubierta, y un solo pero, el epílogo de Thomas Pynchon. Creo que no acierta, aunque mi opinión no tiene demasiada importancia. Poesía, reflexión y terror en grandes dosis.
    Saludos,

    Jorge Martín

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    1. Absolutamente de acuerdo en que Pynchon está más despistao que un camello en un garaje.

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  2. Siin duda, estoy contigo. Debería ser de lectura obligatoria para todos los ciudadanos. Por desgracia, como dices, plenamente vigente. Excelente entrada. Un saludo.

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    1. Sí, pero ya sabes que el público prefiere el último Planeta o libros así de ese estilo.

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  3. Tengo el libro pendiente desde hace no se cuanto. Me tengo que poner con él porque, siempre que leo una reseña sobre este, me entran unas ganas terribles. Sin duda, debe ser una gran lectura. Por cierto, yo soy más de tapa blanda y de bolsillo.

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    1. Bueno, el continente no importa, Bea, en realidad. Así que deja de tener pendiente y pásate a la acción.

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  4. A diferencia de Un mundo feliz, el otro clásico de la literatura de anticipación que describe nuestro mundo de ahora ( uno describiendo la infraestructura y el otro la supraestructura), está muy bien escrito. Imprescindible.

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    1. El de Huxley lo tengo pendiente, aún no lo he leído. Por lo que comentas, son complementarios en cuanto a su enfoque, lo que a priori es interesante.

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  5. Yo hablaría de la trilogía inexcusable: "1984", "Un mundo feliz" y "Fahrenheit 451". Escrita por distintos autores, quizá muy distintos entre sí, pero con un denominador común en sus argumentos que no pasa desapercibido para quien sabe leer. Yo, maniático como pocos a la hora de colocar libros, los tengo a los tres juntos, dándose calor.

    Saludos.

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    1. Desde luego, esa colocación es la mejor de las posibles, Raúl. Ojalá yo fuese tan ordenado como tú, que tengo el 1984 al lado de Joyce, Huxley junto a Austen, y Bradbury pegado a Camus. Un desastre. :))

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    2. Bueno, eso va a gusto del consumidor, como suele decirse. Lo importante es que esos tres libros deben estar en cualquier biblioteca que se precie como tal.

      Saludos.

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  6. Son parte de mis más interesantes lecturas juveniles. Por una razón u otra han dejado en mí una huella indeleble, y la necesidad de exigir a cada nuevo libro que consiga algo parecido.

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