Clásicos para regalar esta Navidad, 1
(«Las aventuras de Tom Sawyer», de Mark Twain)
Se ha dicho de este libro que es «solar», algo que no sé muy bien qué quiere decir, pero me encanta porque me permite fantasear con interpretaciones interesantes. Imagino que quien lo bautizó de ese modo quería dar a entender que se trata de un libro que ilumina, acaricia, alegra, divierte, da calor (o, mejor, calidez), aporta vitamina D, celebra la vida...
Estos son los libros que, con el tiempo, uno quisiera tener siempre a mano, en la mesilla de noche, debajo de la cama, en la almohada. Para dejarnos alumbrar siempre, en lo grisáceo de nuestro ocaso, por esa vitalidad que encierran, que transmiten, como amuletos contra el dolor y la tristeza.
Estos son los libros que, con el tiempo, uno quisiera tener siempre a mano, en la mesilla de noche, debajo de la cama, en la almohada. Para dejarnos alumbrar siempre, en lo grisáceo de nuestro ocaso, por esa vitalidad que encierran, que transmiten, como amuletos contra el dolor y la tristeza.
La editorial Sexto Piso acaba de publicar en su coleccion Ilustrados una nueva edición de este clásico universal, Las aventuras de Tom Sawyer, mientras prepara para principios de año nuevo el volumen de las de Huckleberry Finn. Si a ello sumamos que para esta edición se ha encargado una nueva traducción, a Mariano Peyrou, y unas formidables -como siempre- ilustraciones a Pablo Auladell, pues qué quieren que les diga. Que ustedes, lectores que persiguen buenos libros en buenos recipientes, están de triple enhorabuena.
Mark Twain, quien se inspiró en vivencias personales para alumbrar la mayoría de las travesuras y los personajes que pueblan esta obra, dijo de ella que era «un himno escrito en prosa», es decir, un canto emotivo y vitalista, no exento de nostalgia dedicado a ese verano eterno e invencible que es la infancia.
Ah, infancia, luz, amistad, vida.
Pues es una muy buena idea, es imposible que a alguien no le guste Mark Twain, en serio, nunca he leído ninguna crítica lectora que se quejara de este señor. Twain es una buena idea siempre, incluso para los que no son lectores.
ResponderEliminarUno de esos libros que forman parte de mí. Muy bonito lo que dices sobre los libros-amuleto. Un cordial saludo.
ResponderEliminarPrecioso.
ResponderEliminarMe temo lo peor, un desfile para Navidad de maravillas como esta, y a cual mejor. Acógeme San Honorato.
Intuyo que, al final, mi carta de Reyes Magos va a ser más larga que la de mi hija.
ResponderEliminarEl libro tiene una pinta maravillosa. Todos los clásicos deberían lucir así de bien.
No puedo imaginar la extensión de esta lista de clásicos, pero conociendo al Sr. Barbusse me temo lo peor....la verdad es que el comienzo promete, y mucho..
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