Una lectura vespertina de septiembre


Anonadado, entusiasmado, vivificado, rejuvenecido..., leyendo esta maravilla. ¡Qué grande es el escritor ruso más europeo! El narrador de la ocasión perdida, del "pudo haber sido y no lo aproveché". Nada tumultuoso o quejica (estoy ya un poco harto de tanto reivindicador ombliguista). Todo lo contrario, sereno y lírico. Estoico. ¡Cómo escribe Turguénev, Santa María del Buen Dolor! 

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