Cuatro noches, una mañana
Con esta rotunda belleza presenta Nórdica una nueva edición de Noches blancas, de Dostoievski. No voy a hablar ahora del argumento de esta novela corta, que transcurre en la ciudad de San Petersburgo a lo largo de cuatro noches y una mañana. Eso ya lo doy por sabido por los avanzados visitantes que frecuentan este blog. Tranquilos, por tanto, no les aburriré contándoles eso tan innecesario sobre un libro como es de qué va. Solo remarcar, eso sí, que en esta obra de juventud, Dostoievski ya nos deja boquiabiertos con su manera de escrutar y diseccionar las grandes pasiones que mueven al ser humano: el amor, la ilusión, la esperanza, el desamor, el desengaño. En esto no tiene rival. Es, sin duda, como decía Stefan Zweig, «el mejor conocedor del alma humana de todos los tiempos.».
Pero centrémonos en esta edición. Su atractivo (por no decir su atractivísimo) es doble: la traducción es nueva, que falta hace con Dostoievski (da un poco de sarpullido eritematoso ver que todavía hoy algunos editores siguen recurriendo, impúdicamente, a las achacosas y muy envejecidas traducciones de Cansinos Assens, que, por muy meritorias que fueran en su día, ya ha llovido). La que ha encargado Nórdica viene firmada por Marta Sánchez-Nieves, sobre la que bastaría decir, para hacernos una idea de su calidad profesional, que es la cotraductora de la extraordinaria versión de Los hermanos Karamázov para Alba editorial. Y eso es lo mismo que decir que Fiódor Mijáilovich está en muy buenas y cuidadas manos.
Eso por una parte. Por otra, este Noches blancas incluye unas ilustraciones espectaculares de Nicolai Troshinsky, un joven ilustrador ruso afincado en Madrid, del que no conocía nada, pero de cuyo trabajo me he enamorado de inmediato. La fluidez de su dibujo, su delicada combinación cromática, el enorme poder evocador de su grafismo es, desde luego, impresionante. Les dejo aquí abajo el vídeo de presentación del libro por si quieren comprobar lo que les digo. Pongan pantalla completa y disfruten.
Un resumen y una intuición. El resumen: un libro para leer, disfrutar, contemplar y conservar. De esos que hay que atrapar de inmediato y que si deja pasar de largo, con el tiempo, le remorderá cruelmente la conciencia y le provocará severos trastornos del sueño. La intuición: Dostoievski ya no tiene excusa para no venir el año que viene a la Feria del Libro madrileña a firmar ejemplares de esta preciosa edición de Noches blancas.
Es impresionante
ResponderEliminarUsted que pasa, que habla de un autor y empiezan todos a editarlo o qué...
Es lo primero que hacen los editores al levantarse. Toman café viendo el Infierno. Hacen bien, no digo yo que no.
EliminarEs Vd. la mano negra que mueve los hilos de las mejores editoriales nacionales. Este va directo al lado de La muerte de Iván Ilich, de la misma colección en la misma editorial. ¡Lujo!
ResponderEliminarjaja yo estoy convencido, aunque lo intente disimular. Son muchas casualidades ya vistas.
EliminarExacto, ese es lugar exacto. Justo al lado de Tolstói y su Iván Ilich. No habría mejor compañía.
EliminarPero si no disimulo, Bécquer. Llámalo causalidad (la "u" antes de la "s") o bibliotelequinesia. Es cuestión de práctica. Fíjate, ya sé, por ejemplo, de qué autor se va a hablar y editar mucho el año que viene. Ya he empezado a lanzar onda....
EliminarTú no tienes corazón.
ResponderEliminarSí, pero delator.
EliminarMARAVILLOSO !
ResponderEliminarEl día 22 es mi cumpleaños.
EliminarEs una novela inolvidable. Y llevas razón, hacía falta una nueva traducción, si es de mano de quien dices, mejor que mejor. Gracias.
ResponderEliminarDesde luego.
EliminarAún recuerdo los primeros párrafos de la traducción de Cansinos de 'El idiota', todo el rato con el pelirrubio y el pelimoreno para arriba y para abajo. Por eso digo que las traducciones son muy responsables de una buena o mala recepción de un clásico. Y conviene renovarlas en cada generación.
Doy fe en cuanto a lo de "El idiota". Creo que ya lo comentamos por aquí.
EliminarHablando de nuevas ediciones, le comento que Cátedra en su Colección Letras Universales ha publicado Almas Muertas De Gógol. Es una edición preciosa. Aunque ya tengo la novela, creo que la compraré por el estudio introductorio que hay al principio.
ResponderEliminarGracias, Pilar. Creo que la vi fugazmente en la feria del libro. La miraré con más detenimiento. En cuanto a los estudios introductorios de Cátedra, por lo general, impecables.
Eliminar¡Claro, claro! ¡Que venga Dostoievski a firmar! (En su defecto, yo le cedería la pluma a Troshinsky, que tan bien ha sabido captar su espíritu.)
ResponderEliminarTotal, quién va a notar la diferencia con esos nombres, ¿verdad?
EliminarEs uno de esos libros a los que le tengo un cariño especial. Fue uno de los primeros títulos que leí de adolescente cuando empezó mi afición seria a la lectura. Después, cuando conocí a mi mujer, lo compartimos y ha sido una lectura que he repetidfo en varias ocasiones de mi vida. Es buen momento, creo, para hacerme con esta edición que tan amablemente y con tanta pasión (como siempre) recomiendas. Las ilustraciones son de una gran belleza. Muchas gracias por compartirlo y por señalar aquellas grandes obras de la literatura que no deberíamos dejar de leer. Un abrazo.
ResponderEliminarLuego dicen que no es de buena educación señalar con el dedo. Gracias, Esteban.
EliminarSe lo pido ya a mi librero. De esta colección tengo ya varios, varias joyas quiero decir.
ResponderEliminar¿En caja fuerte?
EliminarLa verdad es que es una tentación esta nueva edición. Todo es de un gusto excelente, el texto, las ilustraciones, el diseño. El mismo booktrailer es una obra maestra. Me has desbarato planes, jajaja
ResponderEliminarCada día que pasa, Pedro, piensas más en voz alta.
EliminarSerá casualidad o causalidad, pero Vd. siga hablando de Dostoyevski, que si eso produce este tipo de preciosas ediciones ilustradas, el respetable se lo agradecerá.
ResponderEliminarP.D.: Lo de la traducción me ha picado la curiosidad y he corrido a comprobar mi baqueteada versión de las Noches blancas, de Bruguera. No, no es de Cansinos sino de Julio C. Acerete, 1977.
También podría ser cansancioalidad.
EliminarY sí: un relato precioso donde los haya, con una adaptación al cine por parte de L. Visconti, también impecable. No lo olvide (http://lamanoqueescribeconpluma.blogspot.it/2010/04/le-notti-bianche.html).
ResponderEliminarSaludos,
María.