Taller de lectura 'Educar en el fanatismo'
Un muy íntimo amigo del señor Barbusse (tan íntimo que dicen las malas lenguas que en más de una ocasión ha ejercido de "negro literario" en este blog) impartirá el taller de lectura Educar en el fanatismo: niños programados los días 26 de abril, 10, 17, 24, 31 de mayo y 7 de junio, en la sede de la Biblioteca de Andalucía, en Granada.
Las inscripciones podrán hacerse a partir del 20 de abril a las 9:00 horas, bien presencialmente, en el Dpto. de Difusión de la Biblioteca, o por teléfono, en los números que se indican.
Aquí el texto de presentación del taller:
Las inscripciones podrán hacerse a partir del 20 de abril a las 9:00 horas, bien presencialmente, en el Dpto. de Difusión de la Biblioteca, o por teléfono, en los números que se indican.
Aquí el texto de presentación del taller:
Ciencia y religión pueden llegar a ser igual de dogmáticas. Ni una ni otra, por sí solas, son válidas para comprender el mundo, para explicar la vida y guiarnos en ella, para procurar serenidad. Esta es la conclusión a la que llegan tanto Unamuno, en su novela Amor y pedagogía, como Edmund Gosse, en su autobiografía Padre e hijo, dos textos de una calidad literaria excepcional que nos advierten de los peligros y las dolorosas consecuencias de educar sin amplitud de miras, sin espíritu crítico y sin libertad.
En este taller se leerán ambas obras y, a partir de ellas, se analizarán las características que definen la figura del niño programado o enjaulado, víctima de una formación estrictamente racional (como nos muestra Unamuno) o religiosa (como lo hace Gosse), pero en cualquier caso sesgada y deformada por un ciego radicalismo que niega aquello que nos hace verdadera e inconfundiblemente humanos: nuestros afectos.
La contundente modernidad de Amor y pedagogía, con su carga de humor e inteligencia, pondría fin al realismo literario en España, inaugurando una nueva etapa en nuestra literatura. Por su parte, la descarnada sinceridad de Padre e hijo testimoniaría el final en Inglaterra de una época tan moralista y contradictoria como la victoriana.
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