Entre cielo y tierra, de Jón Kalman Stefánsson

Un libro espléndido

Se le hace de noche a Barbusse en su bosque leyendo Entre cielo y tierra, un libro maravilloso del islandés Stefánsson que le ha devuelto, de sopetón, la confianza en la ficción literaria. No todos los días se encuentra uno con un escritor contemporáneo que escriba de manera tan excepcional. Afortunadamente esta novela es el primer título de una trilogía que se completa con La tristeza de los ángeles y El corazón del hombre. Todos editados por Salamandra.

Stefánsson cuenta la historia de un muchacho (del que nunca se revela el nombre) y su amigo Bárður, una vez se han decidido a salir con la cuadrilla de Pétur, en un bote de seis remos, a la pesca de bacalao. Excusa, como otra cualquiera, para hablar de la vida y la muerte. Una voz absorbente e hipnótica que tiene tonos de Virginia Woolf y de Kipling, de Cela y de Tolstói. El infierno es no saber si estamos vivos o muertos.

Personal y dolorosa, hermosa y emotiva, es esta una novela donde la naturaleza tiene un enorme protagonismo. Un homenaje también a las tierras de Islandia y a la manera de ser islandesa. Ambientada a principios del siglo pasado, narrada por las voces de personas ya extintas y olvidadas, sus frases nos llegan como avisos a los hombres y mujeres de hoy, porque todo lo humano es igual y es eterno. El ritmo musical de la narración está espigado de frases deslumbrantes que hieren como dardos, como verdades vitales que nosotros no queremos oír porque nos destrozan. El infierno es estar muerto y darte cuenta de que no prestaste atención a la vida mientras podías hacerlo. 

Barbusse cierra el libro cuando el sol ya se esconde detrás de la montaña. Recoge sus cosas, toma una foto y durante el camino de regreso piensa en aquello de que escribir literatura es algo que se aprende. Sí, es posible, a escribir se aprende. Lo que no se aprende es el talento, esa voz que nos perturba. El infierno es tener brazos y nadie a quien abrazar.

Comentarios

  1. No sé qué tienen sus recomendaciones que me urgen a salir disparado a la librería. Y esta no lo es menos. Gracias y un saludo.

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