Otoño Flaubert 3. La primera novela moderna

Ilustración de A. Richemont para una edición de Madame Bovary

«En septiembre de 1849, poco antes de emprender el viaje que, durante casi dieciocho meses le llevaría, en compañía de Maxime du Camp, a Egipto, Palestina, Siria, Turquía, Grecia e Italia, Flaubert terminó la redacción de La tentación de san Antonio y quiso recabar la opinión de sus amigos Du Camp y el poeta Louis Bouilhet. La lectura del manuscrito duró tres días y la opinión de sus amigos-críticos fue rotunda: «Tíralo al fuego, y no hablemos nunca más del asunto.» Bouilhet fue más allá: «Tu musa queda condenada a pan y agua, o el lirismo la matará. Deberás escribir algo más terrestre, como los Parents pauvres de Balzac, por ejemplo. ¿Por qué no la historia de Delamare...?»

Eugene Delamare era un médico rural de Normandía que murió de pena después de que su mujer, Delphine lo engañara y lo arruinara. Esta historia, en el fondo la misma que la de Madame Bovary (1856) no es la única fuente documental de la novela. Otra fue el manuscrito de las Memorias de Madame Ludovica, que descubrió Gabrielle Leleu en la Biblioteca de Ruán en 1846. Estas memorias son un relato de las aventuras y desventuras de Louise Pradier, esposa del escultor J. Pradier, dictadas por ella misma. La historia tiene un gran parecido, con la salvedad de la anécdota del suicidio, con la de Emma Bovary. Flaubert, motivado tanto por su bondad como por su curiosidad profesional, mantuvo con Louise Pradier una estrecha relación, aun cuando la burguesía la despreciara por considerarla «una mujer caída», y es probable que fuese la misma Louise Pradier la que entregara el manuscrito al escritor. A pesar de ello, frente a las insistentes preguntas de los lectores ansiosos por saber quién había servido de modelo para su heroína, Flaubert contestó siempre con su ya clásica frase: «Madame Bovary soy yo.»

Primera edición de la obra (1857)
El mérito de Flaubert consiste en otorgar a una vulgar historia de adulterio una carga de humanidad tal que enciende el interés de los lectores de todos los tiempos. «En Madame Bovary no hay nada cierto -diría en su correspondencia- es una historia totalmente inventada, no he puesto en ella nada de mis sentimientos, ni de existencia... El artista ha de ser en su obra como Dios en la creación: se le nota por todas partes, pero no se le ve.»

Madame Bovary, con su inexorable objetividad -con la que Flaubert intentó un registro desapasionado de todas las características e incidentes que podían iluminar la psicología de sus personajes y su papel en el desarrollo lógico de la historia- inaugura una nueva época en la literatura. En esa descarnada objetividad de la prosa flaubertiana había influido considerablemente un gran amigo del autor, Alfred Le Poittevin, escritor riguroso y crítico inflexible que insistía en sus ideas estrictas sobre la impersonalidad del arte. Flaubert era sensible a las opiniones de su amigo.

La elaboración de Madame Bovary se prolongó durante cinco años. Maxime du Camp fracasó en sus intentos de acortar este plazo. Finalmente, la novela apareció en la Revue de Paris por entregas, entre el 1 de octubre y el 15 de diciembre de 1856. La obra le costó al autor un proceso por inmoralidad (enero-febrero de 1857) en el que logró la absolución, ante el mismo tribunal que seis meses más tarde condenaría, por el mismo motivo, a Charles Baudelaire, creador de Las flores del mal. No fueron por cierto los problemas judiciales posteriores a la publicación los escollos más graves que debió superar Flaubert. Lo verdaderamente duro fue vencer el desaliento que lo asediaba a menudo en la dilatada etapa de la creación, saber reafirmarse en su rigurosa y mesiánica concepción del arte, desoír opiniones escépticas y amargas como la de Théophile Gautier: «¡Eres un ingenuo, Flaubert! ¿Crees en la misión del escritor, en el ministerio del poeta, en la divinidad del arte? El escritor vende papel impreso igual que un comerciante de tejidos vende pañuelos, sólo que la tela se paga mejor que las! palabras. Cuando un libro se termina hay que publicarlo y venderlo lo más caro posible. Hacer obras de arte, yo lo sé bien, es la enfermedad de los comienzos, como la escarlatina es la enfermedad de la infancia.»

Flaubert diseccionando a Enma Bovary
Cuando Flaubert escribe Madame Bovary se olvida de que es Flaubert y considera todos los problemas desde el punto de vista femenino. Es de esta manera que hay que interpretar su «Madame Bovary soy yo». En realidad, no tuvo que esforzarse mucho para penetrar en su personaje. Emma Bovary rechaza la vida tal como es y la desea como la describen los poetas. Se emborracha de palabras, cree en las pasiones eternas, se ve viviendo en castillos como en las novelas de Walter Scott. Y esta necesidad de evasión, de exotismo, de humo, es el romanticismo del que Flaubert estaba traspasado. Pero, si Emma sucumbe al chocar con la realidad, Flaubert se salva al convertir esa realidad en la materia de su arte. También a Flaubert le resultaba intolerable la realidad tal como es, pero supo sublimarla gracias a su férrea creencia en el poder purificador de la literatura. Emma Bovary no tenía ese recurso a su alcance. Por eso perdura en la juventud sentimental de su muerte.»

(Fragmento de Historia de la literatura universal. Ed. Orbis)
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ACTIVIDAD 3:
Para Mario Vargas Llosa Madame Bovary puede considerarse la primera novela moderna por el empleo de técnicas narrativas como el monólogo interior o el perfil antiheróico de sus personajes, entre otras consideraciones. Explica dichos aspectos.
¿Qué quiere decir Vargas Llosa con que Flaubert narra con tal objetividad que "se convierte en el libertador del personaje y del lector"?
Comenta brevemente en qué consistía el método flaubertiano de la mot juste (palabra justa).

FUENTES PARA REALIZAR LA ACTIVIDAD:
Madame Bovary: una de mis novelas favoritas (audio), por Mario Vargas Llosa
Flaubert: nuestro contemporáneo, por Mario Vargas Llosa 

¡¡Envía tu actividad a elinfiernodebarbusse@gmail.com, junto con las demás que se proponen en Otoño Flaubert, antes del 3 de noviembre y gana uno de los tres ejemplares de La señora Bovary  (Alba Editorial) que se sortean!!

Comentarios

  1. Bastante de acuerdo con el texto transcrito arriba. Acabo de releer la versión de Madame Bovary de Carmina Martín Gaite en el mismo ajado ejemplar de bolsillo en que la leí de joven y me ha gustado mucho más que la primera vez, pero la traducción de nuestra novelista no me ha convencido demasiado; si no tuviera tanto pendiente que leer y releer lo intentaría con la nueva versión de Gallego para Alba de la que he oído grandes elogios. Por cierto, me entero que la primera y expurgada versión en castellano casi contemporánea con la original francesa se tituló 'La adúltera'

    P.S.-Leo en el comentario de otro blog que un club de lectura de un pequeño pueblo de España, tras la lectura de El Quijote, ha sancionado que es demasiado largo y aburrido

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    1. Lansky:

      La traducción de Martín Gaite suena un poquito acartonada, necesitaba de un lifting inmediato. Lo mismo ocurre con la de Berges en Alianza. Lo bueno que tiene la de Gallego Urrutia es que es el mejor acercamiento a la "voz" original de Flaubert. Te puedo decir que es realmente impresionante, y que te merece la pena, disfrutarás con la belleza de la prosa del escritor francés. Ya sabes que para él la novela era forma, arte expresivo, sublimidad estilística; de hecho, en esta actividad que se propone se trabaja ese aspecto, su método de creación y de entender la Literatura. Anímate y participa en el bloque mongráfico de actividades (así te puedes llevar uno de dos ejemplares de la edición de Alba) o bien en la Lectura guiada que empezamos el día 8 de noviembre (en la que hay oportunidad de llevarse otro tercer ejemplar).

      En cuanto al comentario del club de lectura: ¿se han pronunciado acerca de cuántas páginas le sobran exactamente? :)

      Gracias por pasarte.
      Un saludo infernal.

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    2. Gracias por el recibimiento, y por el tentador 'cebo'. Desgraciadamente y como sabes el tiempo es limitado, asi que sólo me conecto a la Red un rato por las mañanas; tardes y fines de semana me abstengo, precisamente para leer, entre otras cosas

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  2. yo propongo a Barbusse que a los participantes de esta iniciativa del otoño Flaubert, se nos emita un Diploma o Certificado de participación, en donde exprese el número de horas que ha cubierto la actividad, yo creo que es una buena idea.
    un saludo a todos

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    1. Me parece una buena idea: un certificado de participación. Y lo instauramos para cada uno de los Otoños que se hagan. Cuenta con ello.

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  3. Jesús, me llama mucho la atnción la caricatura del escritor diseccionando a Bovary en la entrada de hoy. ¿Qué significado tiene? Imagino por donde va la cosa, pero me invade la curiosidad.
    UN saludo y enhorabuena por este maravilloso Otoño.
    Un abrazo.
    Carmen Martín

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    1. Carmen: es una caricatura de Lemot que trata de reflejar al Flaubert diseccionador de su personaje, clara alusión a su método de trabajo y a su concepto de narrador objetivo, empírico, científico, frío, en una palabra, clínico. Ya dijo su contemporáneo Saint-Beuve que Flaubert "maneja la pluma como si fuera un escalpelo" y es así como se representa en la imagen: Enma yacente sobre la camilla de la autopsia, el escritor de pie dominándola por entero, una lupa en su mano derecha, una bolsa de instrumento quirúrgicos colgada de su cintura, y el corazón sangrante de la heroína atravesado por la pluma que el autor empuña en su mano derecha: la sangre gotea lentamente en el tintero.

      Saludos.

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    2. Hay que tener en cuenta que el padre de Flaubert era médico y que de niño el escritor merodeaba por la consulta paterna, entre material quirúrgico variado. Quizá eso ayudó también a configurar la iconografía flobertiana.

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    3. Absolutamente cierto, Antonio, y muy apropiado sacar el tema. Esa influencia pesó mucho en Flaubert, toda esa manía de ser cuidadosísimo en cada detalle compositivo le viene del ambiente científico que lo rodeaba, por parte del padre y del hermano mayor, Achille, que eran médicos.

      Gracias por pasarte.
      Un saludo.

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    4. Gracias a ti. El blog me parece muy interesante.

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  4. A por la primera actividad.

    La liberación llevada a cabo por Flaubert radica en la reinterpretación del concepto del decoro clásico, por el cual los personajes habían de comportarse en la ficción de acuerdo con la conducta propia de su condición social. Dicha reinterpretación es posible gracias a la eclosión del positivismo cuyo ideal no es otro que la objetividad a la hora de reflejar los nuevos valores de la sociedad burguesa. Emma Bovary, personaje romántico por antonomasia, sucumbe en una realidad utilitaria y pragmática a causa de su comunión con el idealismo. Aquellos valores heroicos propios de la literatura del Antiguo régimen, que los ensalzaba y legitimaba, condenan a la adultera al suicidio dentro del nuevo paradigma social. Flaubert libera así a la ficción de su función catártica y la aproxima a la concepción naturalista de Zola, que convertirá a la novela en un laboratorio experimental en la que el escritor se propone demostrar sus tesis sociales. En este sentido, Flaubert es, por un lado, el padre de la novela de tesis, y por otro, el primer naturalista que supedita el ethos de los personajes no al decoro sino al ambiente.

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    1. Precisa precisión, VD. Y yo añado: y es precisamente esa reinterpretación del decoro clásico, de la que tú hablas, la que hace que Flaubert acabe en los tribunales justificando a su protagnista, como veremos en la próxima entrada y actividad 4.

      Los sesudos clasificadores y compartimentadores de la Literatura siguen calentándose la cabeza si meter a Flaubert en el Realismo, el Realismo objetivo, el Realismo científico, el Naturalismo..., cuando en realidad toma un poco de todo y rebasa etiquetas, porque este tipo de genios no se adaptan a ninguna, excepto a la suya propia, personal e instransferible. Desde luego está claro que estamos hablando de un escritor más cercano al naturalismo que al realismo stendhaliano o balzaquiano, eso por descontado. Tú lo has explicado muy bien.

      Bueno, espero tus "deberes". :)

      Un cordial saludo.

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    2. Para mí, lo de Flaubert es Clasicismo en el mismo sentido que le dan a Goethe en Alemania. O incluso mejor, como un Heine en versión francesa: un romántico desilusionado.

      Por cierto, no tenía ni idea de algunos detalles que mencionas. Gracias por compartirlos.

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    3. Me gusta eso de 'romántico desilusionado', o lúcido, añado yo

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  5. Segunda actividad.

    El método de Flaubert referido consistía, a efectos estilísticos, en el empleo riguroso de los adyacentes. Según Flaubert, recuperando tal vez el concepto de color retórico del Renacimiento carolingio, el adjetivo colorea el nombre y le entrega una dimensión significativa efectiva, al modo de un impresionista que pinta palabras a merced de determinadas situaciones para convertirlas en realidades objetivas para la percepción del lector. De ahí que, a principios del siglo XX, Gertrude Stein considerase que la literatura masculina se diferenciaba de la femenina en la búsqueda psicótica del adjetivo perfecto, del adorno, de la joya, como si la palabra fuese una mujer a la que el escritor ha de maquillar y transformar en una realidad estética. Tal era el rechazo de Stein a la técnica de Flaubert, heredada por la mayoría de sus coetáneos, que decidió escribir The Making of Americans sin adjetivos, como forma de hallar la verdadera identidad femenina en una escritura contraria a la de Flaubert.

    Saludos.

    P.D. - Creo que había que mandar las respuestas al e-mail. Espero que no sea un problema compartir estas ideas aquí.

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    1. En absoluto hay problema, todo lo contrario. Es altamente interesante.

      (En el mail espero, eso sí, tus respuestas a las actividades concretas.)

      Saludos.

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    2. Qué va, siempre he sido un alumno nefasto y muy vago, jeje. Prefiero compartir visiones y perspectivas. Me interesa la tertulia porque me hace pensar y asimilar conocimientos gracias al contraste con la visión de otros lectores. De hecho, al escribir el comentario me han entrado unas ganas horribles de volver a leer el San Antonio. A eso voy que hoy entro tarde a trabajar.

      Un placer y nos vemos por estos lares.

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    3. Me parece bien. Por aquí estaremos.

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  6. "El Padre, para castigar a los ángeles rebeldes, les ordenó crear el mundo."

    La tentación de San Antonio es sin duda la obra maestra de Flaubert. Pero Gautier tenía razón. Al fin y al cabo, el Clasicismo ya estaba muerto por aquel entonces.

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    1. Tambiën lo creía Borges.
      Pero yo me siento más inclinado hacia Madame y La educación sentimental, de la que, por cierto, hay una magnífica edición en Mondadori clásicos.

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  7. ¿sería tan amable Barbusse de explicarnos que quiere decir la frase "color retorico del Renacimeinto carolingio"? Eso no viene en mi actividad 3.
    un saludo

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  8. Yo tengo la impresión de que las actividades que ha recibido VD, no concuerdan en absoluto con las mias. Tal vez a VD le encante explayarse aportándonos al resto de asiduos a este blog, sus amplisimos conocimientos sobre Flaubert y su obra, que no dudo, pero tal vez se haya equivocado en la titulación y enumeración de las actividades propuestas, porque las respuestas que amablemente nos ofrece no tienen absolutamente nada que ver con las cuestiones planteadas. Como la noche y el dia, vaya....

    Estoy con A Luis, tambien quisiera que me ilustrasen sobre el "color retórico del Renacimiento carolingio", una cuestion poco clara para mi..

    Saludos.

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    1. Jajaja, VD se organiza solo y va por un camino alternativo al propuesto en este Otoño, pero merece la pena leer detenidamente lo que escribe, mucho.
      En cuanto al "color retórico del Renacimiento carolingio" debería explicarlo él mismo.

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    2. Esa organización alternativa de Vd, también da derecho a entrar en el sorteo de los libros, o solo es a titulo ilustrativo. En caso afirmativo: ¿Podría yo organizarme tambien por mi cuenta y realizar las actividades a mi libre albedrío, aunque no merezca mucho la pena leer detenidamente lo que escribo?

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    3. Obviamente queda claro que no, Ramón. Las bases están claras.

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  9. Yo no estoy de acuerdo con Ramón en lo del sorteo, parece como si sólo le interesara el premio, cuando en realiidad esta iniciativa prpopuesta por Barbusse tiene como única y exclusiva finalidad que aprendamos algo del autor (hecho este que yo al menos estoy consiguiendo),independientemente de un extra que es la consecución del ejemplar, por lo tanto yo no entraría en discusiones que estan bastante claras en las bases. Ramón, lo que debe hacer es llevar a cabo las actividades, luego ya se verà lo que ocurre.
    Un saludo

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  10. Jesús, como no he encontrado en el Perfil ningún correo de contacto, entro para agradecerte la visita a un blog como el Diario de un artista desencajado, tan recóndito. He leído varias de tus entregas y me he sentido tan cómodo como en el mío. Concidimos, además, en la veneración por Simenon, de quien cada verano me impongo la lectura de alguna de sus novelas, de preferencia las que no son policiacas, aunque no rechazo estas, por descontado. Pero su especie de "nouvelle" tiene un misterio compositivo que me sigue atando al hechizo en cada nueva entrega. Eso sí, suelo comprármelas en mercadillos. El sueldo no da para subirme al Acantilado...

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  11. Hola, Juan, encantado de que vengas al infierno. Espero que esa comodidad que dices que sientes aquí dura mucho.

    No por recóndito un blog deja de ser interesante.

    Arriba Simenon.

    Un saludo cordial. Y bienvenido.

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