El grito de Bukowski
("La senda del perdedor" de Charles Bukowski)


Hay quien grita y es su grito estridente, superficial, anodino. Se diría que chilla más que grita. Y chillar no es gritar (aunque el diccionario los dé como sinónimos). Chillar puede hacerlo cualquiera. (En verdad, estamos rodeados -y hartos- de gente que chilla). Pero un grito, un grito redondo, reverberado, no es habitual. Para gritar hace falta talento. Es lo que hace que el grito perdure, se haga inextinguible. El verdadero grito no admite poses ni concesiones. Ni artificios, ni florituras. Se grita, sin más, pese a todos, pese a uno mismo. Se grita con rotunda honestidad y con todas las -impredecibles e insospechadas- consecuencias.
"Sabía que yo no era completamente sano. Todavía sabía, como cuando era niño, que albergaba algo extraño en mi interior. Me sentía como destinado a ser un asesino, un asaltante de bancos, un santo, un violador, un monje, un ermitaño. Necesitaba algún sitio aislado para esconderme. Los barrios bajos eran desagradables. La vida del hombre normal y sano era tediosa, peor que la muerte. Parecía no haber alternativa posible."
Bukowski grita (¿quién podría dudarlo?, sólo los miopes que tachan de superficial su literatura, los que se quedan únicamente con lo accesoriamente escatológico). Su fama de escritor directo y desvergonzado ya la conocía antes de leer su obra. Ahora, que acabo de leer La senda del perdedor, corroboro aquellos primeros epítetos que me llegaron de oídas, pero añado otros -no menos, para mí, importantes- que pareció no advertir -o si lo advirtió, jamás lo destacó- su vasta legión de devotos lectores. Y es que detrás de la brutalidad de lo narrado, encuentro un delicado e insospechado humor; detrás de la provocación, un disimulado desvalimiento; detrás de la desolación, una sincera ternura. ¿Cómo hacer navegable, si no, sin esos tres ingredientes, la sordidez que Bukowski pone encima del tablero?
"Podía ver el camino que se abría frente a mí. Yo era pobre e iba a continuar siéndolo. Pero tampoco deseaba especialmente tener dinero. No sabía qué es lo que quería. Sí, lo sabía. Deseaba algún lugar donde esconderme, algún sitio donde no tuviera que hacer nada. El pensamiento de llegar a ser alguien no sólo no me atraía sino que me enfermaba. Pensar en ser un abogado, concejal, ingeniero, cualquier cosa por el estilo, me parecía imposible. O casarme, tener hijos, enjaularme en la estructura familiar. Ir a algún sitio para trabajar todos los días y después volver. Era imposible. Hacer cosas normales como ir a comidas campestres, fiestas de Navidad, el 4 de Julio, el Día del Trabajo, el Día de la Madre... ¿acaso los hombres nacían para soportar esas cosas y luego morir? Prefería ser un lavaplatos, volver a mi pequeña habitación y emborracharme hasta dormirme."
El escritor, sobrio, ante su máquina de escribir.

El extrañamiento ante un mundo que no se comprende es lugar común en Bukowski. Y para transmitir eso, para llegar al lector, para pulsarle, para lograr que su personaje -Hank Chinaski, su álter ego- resulte ser al mismo tiempo atroz y sensible, intimidante y estoico, desagradable y admirable hace falta talento. Hasta para vomitar (literariamente) hace falta talento. Justo el que no tienen los innumerables -también legión- imitadores que ha tenido -y tiene- el escritor.

¿Cuál de las escenas que nos narra Bukowski en La senda del perdedor puede escapar a la atención de un sensible lector? ¿Cuál de ellas no resulta magistral por su honda naturalidad, su impronta de verosimilitud, su innegable fuerza narrativa? La humillación del padre de Hank a raíz del altercado de las naranjas, el bautizo del perro callejero, las palizas continuas de las que es objeto el protagonista, la expectación y voluptuosas reacciones que provoca en los alumnos del colegio la escurridiza falda de la profesora de inglés, el descubrimiento súbito de fascinación por la literatura.... son algunos de los momentos inolvidables de la novela.   


La autenticidad es la principal característica de la obra de Bukowski. Nada de maquillaje y de gestos fotogénicos. Parece tomarse en serio aquellos versos de Píndaro: "Llega a ser el que eres". Sus libros pueden gustar o no, pero lo que hace este escritor es literatura en estado puro -libre de sermones, ejemplaridades y cursilerías-, radiografía íntima, ejercicio radical de instrospección, escritura como purga y como salvación (junto con el alcohol, eso sí). Es este rasgo -creo yo-, la honestidad -también la valentía- ante la cuartilla en blanco, lo que hace que su obra se mantenga vigente y nos llegue fresca y contundente, como la fecha en la que fue escrita.
"Le oí coger la badana de afilar. Todavía me dolía la pierna derecha. No servía de nada, habiendo sufrido la badana antes muchas veces. El mundo entero estaba allí fuera indiferente a todo, pero no servía de nada. Había millones de personas ahí fuera, perros, gatos, pájaros, edificios, calles, pero no importaba. Sólo estaba mi padre y la badana de afilar, el baño y yo. Usaba aquella badana para afilar la navaja de afeitar, y por las mañanas temprano yo le odiaba con su cara blanca de espuma, de pie delante del espejo afeitándose. Entonces me pegó el primer golpe. El sonido de la badana era plano y fuerte, el sonido era casi tan malo como el dolor del golpe. La badana cayó otra vez. Era como si mi padre fuera una máquina golpeando con aquella badana. Tenía el sentimiento de estar en una tumba. La badana cayó otra vez y yo pensé que aquella seguramente era la última. Pero no lo era. Cayó otra vez. Yo no le odiaba. Simplemente, no podía creérmelo, quería librarme de él. No podía llorar. Me sentía demasiado mal para llorar, demasiado confundido. La badana cayó otra vez, luego se detuvo. Yo me puse de pie y esperé. Le oí colgar la badana.

—La próxima vez —dijo—, no quiero encontrar ni una hoja. Le oí salir del baño. Cerró la puerta. Las paredes eran hermosas, la bañera era hermosa, el lavabo y la cortina de la ducha eran hermosos, hasta el water era hermoso. Mi padre se había ido."
Bukowski y su padre. Una relación difícil.

La senda del perdedor está publicada en España por la editorial Anagrama (como toda la obra narrativa del autor). Si usted la lee en español, intente ser benevolente con algunas reiteradas patadas al diccionario con que nos obsequia (¿adrede?) el traductor, Jorge Berlanga -hijo del genial director de cine, por cierto-, el cual, por lo demás, logra una versión bastante solvente y sonora de la obra.

Leer a Bukowski marca un antes y un después, dicen. También dicen que nadie olvida cómo conoció o quién le recomendó al autor. A través de lectores de varias generaciones su grito persiste. Es el grito de un misántropo nihilista, de un borrachín feo e insolente, de un perdedor en un mundo donde ganan los complacientes y serviles, la gente dispuesta a renunciar a sí misma. Bukowski contra el mundo y contra sí mismo. Bukowski ante una máquina de escribir y con una botella de whisky en la mano. Al fin, todos somos perdedores. Un libro espléndido, de veras.

Comentarios

  1. Hola:

    podría decir sin que sea una exageración que "La senda del perdedor" cambió mi vida. Lo descubrí a los 19, en 1994, una semana antes de que Bukowski muriera. Hasta entonces yo sólo leía ciencia ficción y terror, y la lectura de La senda de perdedor fue como un martillazo en la cabeza, me convertí en un lector distinto. Dejé los géneros con los que crecí y me pasé al realismo: llegó Hemingway, Scott Figeraztlad, el boom hispanoamericano...

    En mi último libro de poemas (El bar de Lee) hice un homenaje a Bukowski. Recreo el momento en el que me topé con La senda del perdedor. Te dejo un enlace por si te apetece leerlo:

    http://hankover.blogspot.com.es/2008/04/charles-bukowski-por-david-prez-vega.html

    saludos

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    1. Hola David: a mí Bukowski me ha pillado un poco más tarde que a ti, pero la intensidad con la que lo he leído también es muy significativa. Lógico que a un adolescente marque de por vida.

      Me encantan las conclusiones a las que llegas en tu texto. Las comparto.

      (¿Has vuelto a retomar aquellos géneros que abandonaste y que -dicho sea de paso- tan buenos momentos deparan?)

      Un saludo.

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    2. Hola

      Disculpa que no contesté.
      entre algún día después de dejar mi comentario y no había respuesta y no volví hasta hoy.

      La verdad es que el cambio fue muy drástico. Pasé de leer sólo terror y ciencia ficción, a leer sólo libros "serios" y así estuve más de una década; al principio leía sobre todo a clásicos y más tarde más novedades literarias. Después, tras los 30, con 32 o 33 quise hacer el experimento de volver. Lo hice con el miedo de pensar que ahora aquello que me fascinó hubiese perdido la magia. pero leí a Philip K. Dick y aluciné de nuevo. Leí las novelas que me había dejado de él sin leer y fue fascinante ver como la pasión primera seguía allí. También leí por ejemplo las obras completas de H. P. Lovecraft que que encantaba a los 16, lo he vuelto a leer en las ediciones de Valdemar y me ha vuelto a encantar. Debería retomar más aquello, aunque también sé que dejado aparte a Dick y a Lovecraft leí de adolescente muchas cosas con las que ahora no podría. También podría retomar un poco de Bukowski, a ver qué tal.

      saludos

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  2. Cada vez escribe usted mejor, señor Barbusse. yo no he leido a Bukowski, pero sin duda lo haré.

    Un saludo,

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    1. Estoy totalmente de acuerdo con angel cada vez escribe mejor Sr. Barbusse. Chapeau.
      Yo confundía a este señor con Levandosky, que estoy casi completamente seguro que usted no lo conoce. Un saludo y enhorabuena

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    2. Pues muchas gracias (no tengo yo esa percepción desde dentro, pero si ustedes lo dicen...)

      Y, Antonio Luis, acierta de pleno: no tengo ni remota del tal Levandosky. Pero ni remota.

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  3. Secundo todo lo que escribes, hasta la última palabra. Aunque reconozco que, con el paso del tiempo, es un escritor que se me ha desinflado un poco. Tengo todos y cada uno de sus libros, y con diecisiete años era un acérrimo lector y defensor suyo; ahora, sin embargo, con treinta y cinco primaveras en mi haber, prefiero otro tipo de lecturas. Soy consciente de que el cambio se ha producido en mí y de que Bukowski no tiene ni un ápice de culpa de ello. Por eso, aunque ya no lo lea, siempre lo defenderé de los aburridos, los tibios de corazón y los fundamentalistas. Un saludo desde A DESHORAS.

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    1. Hola, Raúl: claro, Bukowski dejó escritos su textos y eso no cambia, en cambio las personas somos un continuo cambio (Nietzsche llegaba hasta negar la entidad que conocemos como "yo" cuando decimos yo.)

      En fin, me alegra saludarte por aquí. Gracias.

      Saludos.

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    2. Por supuesto. Me refiero a que yo creo que hay lecturas para momentos y, en algunos casos, lecturas para edades. Nunca entendí el porqué de hacerme leer en el colegio libros como "El lazarillo de Tormes" o el Quijote, aunque fuera en ediciones para niños, cuando ésas son obras a las que uno debe acceder después de haber sido un poco curtido por la vida. No es que no crea que se pueda leer a Bukowski con mi edad, pero sí es cierto que las circunstancias actuales de mi vida, la persona que soy hoy en día, me hace menos empático con su obra que cuando era un adolescente.

      Gracias a ti. Tienes un blog magnífico, y eso no se puede decir de muchos.

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    3. Gracias, Raúl. Estás en tu casa.

      Un saludo.

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  4. Me ha encantado la referencia al "grito". Es verdad y nunca se me había ocurrido pensarlo: Bukowski grita, no es solo el insolente, el irreverente, es el que grita y con ese grito despierta quieras o no quieras a cualquiera que lo lea. Las conclusiones dependen de cada cual, pero es imposible quedar indiferente al "ataque" directo de este autor.
    Un saludo.

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    1. Esa es la prueba del verdadero talento, que nunca nos deja indiferente. Gracias, Mariuca. Un saludo.

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  5. Usted sí que sabe leer, amigo. Creo que Bukowski estaría más que agradecido por un texto tan inteligente. Escribió mucho y eso hace que tengamos más asideros para ver las inconsistencias de algunas de sus obras. Desde luego, La senda del perdedor es mi preferida, un puñetazo a la cara del lector. Algunos de sus relatos son muy buenos también y parte de su poesía. Bukowski quedará porque, como dices bien, en su grito hay talento. Mucho.

    Un saudo.

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    1. Tampoco hay que pasarse, eh, amigo Esteban. No perdamos el rumbo :)

      Y, es verdad, cuanto más escribe un autor, más posibilidades de no mantener siempre la misma altura, normal.

      Dentro de poco hablaré de la poesía bukowskiana.

      Gracias, amigo.

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  6. Bukowski no me convence, aunque grite. Es cierto que no le considero superficial, y tampoco me gusta cuando se le critica sólo por su estridencia y por ser trasgresor, pero no me llega. Pese a que grite. Pero me gusta esa impresión, porque es cierta, este hombre grita. Saludos!!

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    1. ¿Qué le vamos a hacer? Si el grito no te llega, pues no te llega. ¿Has comprobado si no te has dejado puestos los tapones de los oídos? :)

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  7. Dice Barbusse (hablando de Bukowsky, claro): "sus libros pueden gustar o no". Yo... al lector... aquí, en este tema: "el asunto Bukowsky", no le voy a dejar alternativas, Chinasky no se lo merece, sus libros, los libros de Bukowsky, DEBEN gustarte.

    Aunque venga un poco a trasmano, no puedo evitar hacer mía la frase que le leí ayer, en la prensa escrita, a un cocinero francés: "El buen gusto no se hereda, no se compra, ni siquiera se tiene. El buen gusto se aprende". Lo dicho, si no han leído a Bukowsky ¡ya están tardando!. ;-)

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. ¿Pero cómo no voy a permitírselo...? Estaría bueno...

      Item más, si vuelvo a meter la pata... en cualquier otro tema, el que sea, me gustaría, igual, me lo dijese. Un abrazo.

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    3. Buena frase la del chef, Julian.

      Me recuerda a la de un famoso diseñador francés quien, al preguntarle que qué entendía por mal gusto, respondió: "el que no coincide con el mío".

      Un abrazo.

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    4. ¡Qué curioso lo del diseñador francés, Barbusse! En mi caso, aunque pudiere resultar chocante, es rigurosamente cierto.

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  8. Bukowski es Dios. Chinaski su profeta. Y el autor de este post un puto crack. He dicho,

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Yo esta vez, y sin que sirva de precedente, disiento de todos los seguidores, a mi Bukowski (¿está bien escrito sr. Chaves?) no me gusta nada de nada......prefiero a Levandosky, como dice nuestro querido Antonio Luis....


    Saludos

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  11. Pues la verdad es que si.....jajajajja. Es mucho mas entretenida, pero no solo de matilde asensi, tambien soy de Galdós, de Unamuno, de Baroja, de Dickens, de Dostoiewsky (no sé si se escribe asi sr. Chaves ), de Turgueniev, de Cela, de Moravia, de Tolstoi, de Melville, de Conrad......en fin, para que seguir.......pero no soy de Bukowski, este tipo no me gusta nada de nada.... si se me permite, claro....

    Un saludo a todos.

    Pd. ah, también soy de Levandosky..


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    1. No, no se equivocaba, porque yo ya se lo he comentado en alguna ocasión, que me divertian los libros de Matilde asensi, son entretenidos y divertidos, y no me da verqüenza (se escribe asi?), leer a matilde asensi, cosa que si me ocurre con Bukowski(¿es asi?, no me gusta nada de nada, vamos, me resulta detestable, con perdon, eh!

      Saludos..

      Pd. A Luis, yo si he hablado de Levandosky, de hecho tengo su obra completa.....pero parece que aqui nadie lo conoce...están obsesionados con el Bukowski ese....jajajjaj

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    2. ¿Por qué habría de darle vergüenza que le guste Asensi?

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    3. No lo sé.....solo sé que no me gusta Bukowski...

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  12. ¿Porqué nadie opina sobre Levandosky?

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  13. ¿Quién coño es Levandowski? ¿Cuál es su relación con Matilde Asensi? No, no me respondan. Ya me espabilaré por mi cuenta. Sólo quería dejar constancia de mi ignorancia.

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    1. No te preocupes, yo tampoco tengo ni idea pero tomo buena nota, ya me enteraré...

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    2. el que encontré le da patadas a un balón....;) A no ser que tenga un primo escritor...O que escriba como afición...

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    3. Pero no es el primo, es el hermano, Carol Levandoski.

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  14. Pues son todos unos snob, porque Levandoski es un personaje real y conocido, y aunque no quieran por su snobismo, han tenido que tener alguna noticia de él.

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  15. Estoy contigo Antonio

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  16. Yo de verdad,que lo mío es ignorancia cien por cien...��

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  17. Yo lo empecé a leer más o menos a los veinte años y después del choque y fascinación iniciales me terminó resultando algo repetitivo. Estoy casi seguro que fue por abuso, y de que en una relectura, alternando sus libros con los de otros autores, no se produciría tanto esa impresión. Gracias por rescatármelo de la memoria.

    Un saludo.

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  18. Javi: al ser un autor con temas muy constantes, leerlo intensamente puede cansar. Lo ideal sería una lectura, como tú dices, alternandola con otras, por ejemplo, Louse May Alcott y sus "Mujercitas" o algo de Federico Moccia.

    Un saludo.

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