Otoño Unamuno 4. Navilo, nebulo, nivola...

Caricatura de Unamuno, por Bagaria

«–Pero ¿te has metido a escribir una novela?
–¿Y qué quieres que hiciese?
–¿Y cuál es su argumento, si se puede saber?
–Mi novela no tiene argumento, o mejor dicho, será el que vaya saliendo. El argumento se hace él solo.
–¿Y cómo es eso?
–Pues mira, un día de estos que no sabía bien qué hacer, pero sentía ansia de hacer algo, una comezón muy íntima, un escarabajeo de la fantasía, me dije: voy a escribir una novela, pero voy a escribirla como se vive, sin saber lo que vendrá. Me senté, cogí unas cuartillas y empecé lo primero que se me ocurrió, sin saber lo que seguiría, sin plan alguno. Mis personajes se irán haciendo según obren y hablen, sobre todo según hablen; su carácter se irá formando poco a poco. Y a las veces su carácter será el de no tenerlo.
–Sí, como el mío.
–No sé. Ello irá saliendo. Yo me dejo llevar.
–¿Y hay psicología?, ¿descripciones?
–Lo que hay es diálogo; sobre todo diálogo. La cosa es que los personajes hablen, que hablen mucho, aunque no digan nada.
–Eso te lo habrá insinuado Elena, ¿eh?
–¿Por qué?
–Porque una vez que me pidió una novela para matar el tiempo, recuerdo que me dijo que tuviese mucho diálogo y muy cortado.
–Sí, cuando en una que lee se encuentra con largas descripciones, sermones o relatos, los salta diciendo: ¡paja!, ¡paja!, ¡paja! Para ella sólo el diálogo no es paja. Y ya ves tú, puede muy bien repartirse un sermón en un diálogo...
–¿Y por qué será esto?...
–Pues porque a la gente le gusta la conversación por la conversación misma, aunque no diga nada. Hay quien no resiste un discurso de media hora y se está tres horas charlando en un café. Es el encanto de la conversación, de hablar por hablar, del hablar roto a interrumpido.
–También a mí el tono de discurso me carga...
–Sí, es la complacencia del hombre en el habla, y en el habla viva... Y sobre todo que parezca que el autor no dice las cosas por sí, no nos molesta con su personalidad, con su yo satánico. Aunque, por supuesto, todo lo que digan mis personajes lo digo yo...
–Eso hasta cierto punto...
–¿Cómo hasta cierto punto?
–Sí, que empezarás creyendo que los llevas tú, de tu mano, y es fácil que acabes convenciéndote de que son ellos los que te llevan. Es muy frecuente que un autor acabe por ser juguete de sus ficciones...
–Tal vez, pero el caso es que en esa novela pienso meter todo lo que se me ocurra, sea como fuere.
–Pues acabará no siendo novela.
–No, será... será... nivola.
–Y ¿qué es eso, qué es nivola?
–Pues le he oído contar a Manuel Machado, el poeta, el hermano de Antonio, que una vez le llevó a don Eduardo Benoit, para leérselo, un soneto que estaba en alejandrinos o en no sé qué otra forma heterodoxa. Se lo leyó y don Eduardo le dijo: "Pero ¡eso no es soneto!..." "No, señor–le contestó Machado–, no es soneto, es... sonite." Pues así con mi novela, no va a ser novela, sino... ¿cómo dije?, navilo... nebulo, no, no, nivola, eso es, ¡nivola! Así nadie tendrá derecho a decir que deroga las leyes de su género... Invento el género, a inventar un género no es más que darle un nombre nuevo, y le doy las leyes que me place. ¡Y mucho diálogo!
–¿Y cuando un personaje se queda solo?
–Entonces... un monólogo. Y para que parezca algo así como un diálogo invento un perro a quien el personaje se dirige.
–¿Sabes, Víctor, que se me antoja que me estás inventando?...
–¡Puede ser!»

(Miguel de Unamuno. Niebla, 1914)
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ACTIVIDAD 4:

A) Julián Marías, en el artículo que ya conocemos de la primera actividad, califica las novelas de Unamuno de existencialistas, atribuyéndole al autor vasco el mérito de haberse adelantado, en bastantes años, a las fórmulas novelísticas que cultivaron los exponentes del movimiento existencialista de los años 40 y 50 del siglo XX (Sartre, Camus, etc.). Siguiendo a Marías (ver fuente abajo), comenta brevemente en qué difiere la novela existencial unamuniana de la novela psicológica del XIX.

B) Contesta a estas preguntas sobre el arte de novelar de Unamuno, siguiendo como fuente para realizarla el artículo de Jane Neville que figura más abajo: 1. ¿Cuáles son las cuatro novelas españolas que rompieron moldes con la tradición literaria realista/naturalista anterior y que son conocidas como novelas de 1902?  2. Enumera las características principales que definen la nivola unamuniana. 3. Los sueños tienen una gran presencia y significación en dos novelas de Unamuno, ¿cuáles? 4. ¿Qué novela de Unamuno se considera la más innovadora y experimental? 5. En Amor y pedagogía, Unamuno introduce y desarrolla dos de las características de la novela modernista, ¿cuáles son?  6. ¿Qué libro de Freud influyó en la novelística unamuniana? 7. ¿Qué episodio, absolutamente innovador, introduce Unamuno en Niebla, mucho antes de que lo hiciera Pirandello? 8. ¿De qué obra, de gran influencia en Unamuno, toma éste la idea de la niebla como metáfora? 9. ¿Se puede calificar La tía Tula como una novela feminista? 10. ¿Qué dos características lleva a su culminación Unamuno en Abel Sánchez para ahondar en la psicología de los personajes? 11. Explica por qué San Manuel Bueno, mártir puede ser considerada como la mejor novela de su autor. 12. ¿Es La novela de don Sandalio, jugador de ajedrez una obra menor en la producción unamuniana?, ¿cómo ha sido valorada con la perspectiva del tiempo?

FUENTES PARA REALIZAR LA ACTIVIDAD: 

La obra de Unamuno (fragmento), por Julián Marias, 1938
La teoría de la novela en Unamuno, por Jean Neville, 2015

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