El arte mágico, de André Breton
(Clásicos para regalar esta Navidad, 3)

Atalanta edita en español El arte mágico, un libro de culto recuperado.

Lo excesivamente visible y previsible me aburre. Siempre he preferido lo que se sale de la norma, de lo mayoritariamente admitido. Como William James, busco ese cuervo blanco que demuestre que no todos los cuervos son negros. Por eso, cuando me encuentro con un cuervo blanco, como es El arte mágico, de André Breton, un libro completamente subjetivo y ajeno a cualquier pretensión académica, pero repleto de inteligencia y pasión, no puedo hacer otra cosa que mirarlo y admirarlo. Y, por supuesto, señalarlo.

El arte mágico ha sido considerado durante mucho tiempo un libro de culto. Los bibliófilos y los interesados en lo mágico, en el arte y en Breton, no necesariamente por este orden, no lo han tenido fácil para conseguir un ejemplar, ya que desde que en 1957 se publicara por primera vez en Francia, en una edición privada de 3.500 ejemplares que se agotaron rápidamente, no se ha vuelto a editar en su idioma original, tan solo en italiano por el sello Adelphi. Esta edición que ahora pone en la calle la divina Atalanta es, por tanto, la tercera edición mundial y la primera en español. Pero no solo eso, sino que se trata de la mejor y más completa versión de lo que su autor tenía en mente cuando concibió su libro.

La idea de Breton con esta obra era componer una historia del arte desde la perspectiva de lo mágico y de lo surreal. Para ello, a lo largo de veinte años había ido acumulando una considerable cantidad de notas, documentación e iconografía de toda índole, cuya suma sin orden representaba su viejo anhelo de publicar una historia universal del arte, desde sus orígenes prehistóricos hasta nuestro tiempo, que, acompañada de fabulosas imágenes, estaba convencido de que sería uno de sus mensajes más duraderos.

André Breton en una imagen sin datar. Foto: Roger Viollet

Con un texto brillante y diáfano, de gran altura intelectual, y más de doscientas reproducciones de artistas como El Bosco, Brueghel, Durero, Holbein, Arcimbolo, Blake, Goya, Gauguin, Böcklin, Moreau, De Chirico, Picasso, Kandinsky, Max Ernst..., sin olvidar el arte religioso de las más diversas épocas y culturas del mundo, este volumen se completa con una amplia sección sobre el valor y la significación de lo mágico en nuestra época, en forma de encuesta realizada a personajes de la talla de Heidegger, Octavio Paz, Magritte, Bataille, Lévi-Strauss, Julien Gracq, Leonora Carrington, Maurice Blanchot y un largo etcétera.

Este libro habla del arte como sustituto (o como superación, incluso como sinónimo) de la religión, y del papel fundamental que aquél desempeña a la hora de aliviar las demandas espirituales del hombre contemporáneo. Hoy, en pleno siglo veintiuno, más de sesenta años después de su aparición, una obra como la que aquí comentamos adquiere nuevo brío y un interés renovado. ¿Por qué? Porque por mucho que nuestro tiempo, bajo el influjo de una posmodernidad nihilista sustentada, paradójicamente, en una fe absoluta en los logros de la tecno-ciencia, haya optado por excluir -como señala Max Weber- “lo mágico del mundo”, la magia, el arte y la poesía, en su dimensión auténtica, nunca desaparecerán. No lo harán porque tienen la "energía simpática" (en palabras de Breton) de cambiar la realidad. Y como ya sabemos, y escribiera T. S. Eliot en sus Cuatro cuartetos, “el ser humano no puede soportar demasiada realidad”.

Cuervos blancos haylos. Y este es uno de ellos.

Comentarios

  1. "Lo excesivamente visible y previsible me aburre. Siempre he preferido lo que se sale de la norma, de lo mayoritariamente admitido." Comparto tu pensamiento (o tu sentimiento, porque leer penetra más allá de la zona racionalista del cerebro) A mí me gusta mucho la editorial Atalanta, solo que hay libros muy caros y hay que pensárselo a veces. De ahí que valore tu comentario, creo que me acercaré a una librería amiga y hojearé la magia de Breton en este texto. Gracias por informar.

    Y la idea de libros para regalar está muy bien, incluyamos en la idea también el autoregalo, digamos.

    Salud desde paisaje oculto por la niebla.

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    1. Por supuesto, el autorregalo está siempre implícito en la expresión "para regalar".

      Y es verdad, Atalanta tiene algunos libros caros. Pero también es verdad que a veces, dejándonos llevar por la publicidad o por una intuición adulterada, caemos en el error de comprar libros insustanciales y mediocres, que son más bien un estorbo. Y por el precio de dos de estos, ya hubiésemos amortizado una gran obra de largo recorrido como la que aquí se comenta, por ejemplo, ¿no te parece?.

      Un saludo, amigo.

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  2. Por una vez le tenía echado el ojo antes de que Ud.lo propusiera, debe ser que se me ha emparejado el gusto con el suyo . Leí sobre esta edición de Atalanta en un periódico y se me han puesto los dientes tan largos, tanto que habrá que ir ahorrando para este autorregalo. Si no es por Navidad caerá por primavera, pero caerá. Gracias Sr.Barbusse por sus recomendaciones!

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    1. Gracias, Marissa.

      Es lo que tienen los dientes largos. Que no duran así más de dos estaciones.

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