No mintió don Quijote
La Cueva de Montesinos, vista desde fuera |
Me envía Barbusse, para compartir con ustedes (él sigue de viaje por ahí, por tierras castellanas o riojanas o vaya usted a saber), estas tomas fotográficas
de su visita a la Cueva de Montesinos del pasado 14 de agosto a las 18:00 horas. Me refiere
que les diga que ha sido una experiencia emocionante (esto aparece
subrayado) y maravillosa (esto está en mayúscula), de las que no se
olvidan, y que puede dar fe de que es verdad lo que contó su querido don Quijote, que allí
dentro hay un bello, ameno y deleitoso prado, y un poco más allá un real y
suntuoso
palacio o alcázar, cuyos muros y paredes
parecen de transparente y claro cristal
fabricado.
Dice también que vio, amén de muchos
murciélagos, al mismísimo Montesinos, de luenga y canísima barba, y al
caballero, tendido sobre su sepulcro, ya sin corazón, Durandarte. Que no
dejen de ir, termina diciendo, si quieren comprobar (¡incrédulos!) que ni don Quijote
mintió, ni él tampoco.
Yo, a mi entender, ¡qué quieren que les diga!, lo
que creo es que este hombre nada más bajar a la cueva se dio un
coscorrón, si no un trompazo, qué se yo, que le desarregló un poco o
un mucho las entendederas.
La Cueva, desde dentro, comienzo del descenso |
Indicación a unos 200 metros de la famosa cueva |
Hay una postdata final, que no sé muy bien
qué significa, pero que asimismo les transcribo sin cambiar (ni me atrevería, hum) una coma: "Con esta visita,
querido Duvenand, lo que queda claro es que Cervantes conocía muy bien
la cueva, a la que, sin duda, habría tenido la oportunidad de descender
durante alguno de sus viajes por la zona. Su impresionante imaginación, sobre lo que
él pudo ver allí, hizo el resto."
Ohhhhh.
ResponderEliminarQue valiente, Barbusse.
ResponderEliminarY veo que no necesitó ni cuerda.
Que buena entrada, inmejorable!!!
ResponderEliminar¡Impresionante!, la foto desde dentro es igualita a la ilustración que sirvió aquí de entrada a esos capítulos. Faltan solo don Quijote y Sancho y el primo sujetando arriba la cuerda.
ResponderEliminarQue lujo Sr Barbusse ! Debe ser una experiencia maravillosa !.....ah, y bienvenido también a ud. Sr, Duvenand, que es el único que pone un poco de cordura a todo esto.
ResponderEliminarSaludos
Madre del amor hermoso, Barbusse haciendo la ruta quijotesca, y la famosa cueva clavadita a la de la ilustración...o viceversa. Incredibile, que dirían en el país en que me encuentro ahora mismo ;)
ResponderEliminarQué buena aventura. Me gustaría mucho hacerla, así que otra cosa que anoto en pendientes.
ResponderEliminarEnorme entrada y maravilloso el viaje literario del Señor Barbusse.
ResponderEliminarSeñor Barbusse ¿descendió usted del todo a la cueva o se quedó en la concavidad y espacio, a obra de doce o catorce estados, a descansar como don Quijote? :). Fuera como fuese, muy valiente me parece usted. ¡Maravillosa aventura!
ResponderEliminarAlgún día me gustaría visitar ese sitio. Pero vaya secarral. Más que meterse en la cueva apetece ponerse a la sombra de un pino con bocadillo de tortilla y la bota de vino... Y ver pasar las nubes, si es que alguna aparece por ese cielo.
ResponderEliminarIncreíbleeeeee!!
ResponderEliminarUna semana más tarde de estas preciosas fotos, al Sr. Barbusse se le encuentra a 440 kms de los campos de Montiel, en los campos de la otra Castilla, con el sentido muy poético pero algo trastocado... ¿Se le trocaría el juicio a causa de algún cachiporrazo o por efecto de los magos encantadores tras su entrada a la Cueva?
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