Lectura guiada «Sobre la brevedad de la vida»

Gustave Courbet. El manantial (Detalle), 1868. Musée d'Orsay

¿Qué va a pasar?” -escribe Séneca-, “tú no tienes tiempo para nada y la vida corre; entretanto llega la muerte y para ella, quieras o no quieras, vas a tener todo el tiempo del mundo”. Estas palabras dan una idea de la intensidad y de la desgarradora sinceridad con la que se expresa el filósofo cordobés en Sobre la brevedad de la vida. Compuesto en el año 55, este tratado constituye uno de los textos más sobrecogedoramente honestos escritos nunca sobre el paso del tiempo, sobre la muerte y, por extensión, sobre la vida.

A pesar de que los hombres no paran de quejarse de la brevedad de la vida, el tiempo del que disponen es bastante si se sabe aprovechar. Desperdiciamos el tiempo y no lo consideramos el bien mayor y único. La solución que propone Séneca no pasa por la hiperactividad ni por la holganza, sino por una serena aceptación de la propia mortalidad que nos permita administrar de manera provechosa el espacio clausurado de la propia existencia. La voz del viejo sabio nos habla firme pero cálidamente, traspasando, rotunda, épocas y siglos: “Todas las cosas venideras quedan en la incertidumbre: vive de una vez”.
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ACTIVIDADES

A) Contesta a las preguntas que se formulan en esta guía de lectura (sólo disponible para participantes inscritos) y envía tus respuestas al correo electrónico que se indica abajo. 

B) Comparte tu opinión, en la zona de comentarios, acerca de las siguientes cuestiones de debate (Utiliza el botón "Responder" para que tu respuesta aparezca debajo del enunciado de la pregunta):

1. Vivir, en el sentido más exacto del término, es algo que Séneca distingue de existir. Vivir es existir provechosamente, ser consciente de qué significa estar vivo: “Es exigua la parte de vida que vivimos. En verdad, todo el espacio restante no es vida, sino tiempo”, dice. ¿Crees, como él, que hay formas de vivir más provechosas que otras? ¿No es cualquier forma de vida igual de válida o de inútil, según se mire, puesto que nuestro destino final es, como el resto de criaturas vivas, desaparecer un día? ¿Realmente puede decirse que hay una manera de invertir el tiempo mejor que otra cuando en realidad cualquier actividad que hagamos es un simple e intrascendente entretenimiento mientras aguardamos la llegada de la muerte?

2. Señala una idea recogida en el tratado con la que estés de acuerdo y otra con la que no, y coméntalas brevemente.


Envía tus respuestas a elinfiernodebarbusse@gmail.com a lo largo de esta semana. La fecha tope tanto para la entrega de la guía como para la realización de comentarios es el domingo día 27 de octubre. 

Comentarios

  1. Vivir, en el sentido más exacto del término, es algo que Séneca distingue de existir. Vivir es existir provechosamente, ser consciente de estar vivo: “Es exigua la parte de vida que vivimos. En verdad, todo el espacio restante no es vida, sino tiempo”, dice. ¿Crees, como él, que hay formas de vivir más provechosas que otras? ¿No es cualquiera forma de vida igual de válida o de inútil, según se mire, puesto que nuestro destino final es, como el resto de criaturas vivas, desaparecer un día? ¿Realmente puede decirse que hay una manera de invertir el tiempo mejor que otra cuando en realidad cualquier actividad que hagamos es un simple e intrascendente entretenimiento mientras aguardamos la llegad de la muerte?

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    1. Pienso que sin duda hay unas formas de vivir más provechosas que otras. Hay quién aprovecha y utiliza mejor su tiempo, su vida, pero también es verdad que entrariamos en el terreno de qué es provechoso o que no, qué es inútil o que no., ya que para lo que unos es provechoso para otros es vanal y viceversa, pero no me vale el argumento de que todo es inútil ya que el fin de todos es la muerte, ya que si no nos limitiaríamos a vegetar y a mirar la vida sentados esperando que nos llegue la hora. En cuanto a la última cuestión, si pienso que hay formas de invertir el tiempo mejor que otras, aunque en el fondo pensemos que no es intrascendente, ya que no es lo mismo estar activo, hacer cosas, intervenir en los acontecimientos de la vida, de la propia y de la de los demás, contribuir con tus actos en que tu vida y la de los que te rodean sea mejor, que dejar pasar tu tiempo y tu vida como un mero espectador. Qué mas da que llegue la muerte, si al final va a llegar.

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    2. Yo creo que eso depende del valor que se le dé a la vida. Hay personas que la tienen en muy alta estima y creen que el ser humano está llamado a muy altos logros y aspiraciones porque piensan que somos seres especiales y trascendentes. Otros, sin embargo no tienen tan idealizada la vida y son pesimistas en cuanto a que la ésta tenga un sentido, un objetivo. Yo me acerco más al segundo grupo y creo que la vida está sobrevalorada en tanto en cuanto nos hacemos, de jóvenes, unas expectativas que luego no se cumplen, nunca se cumplen y hemos de pasar por el aro de lo que el destino nos da.

      Desde el punto de vista que planteas la pregunta, si hay o no una forma más provechos o no de vivir, es decir si hay una vida superior y otra inferior, no creo que la haya. Cualquier cosa que hagamos es igualmente inútil desde el punto de vista vital, no creo en la trascendencia, ni en la superioridad del hombre en la naturaleza, ni siquiera que sea necesaria su existencia, así que para mí la valoración del provecho es personal, pero nunca comparativa. Ya lo decía Manolo García: "Nunca el tiempo es perdido".

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    3. Yo sí creo que hay una diferencia entre vivir tú y que te vivan, que es lo mismo que vivir como si tú no formaras parte de tu vida. En ese sentido lo que dice Séneca de ser consciente de qué significa estar vivo es muy importante. Tener curiosidad, afán por saber, conocer qué es lo que tienes entre manos, hasta dónde es fiable o no la vida, creo que es fundamental. Otra cosa es que querer saber sobre la vida te genere infelicidad, disgusto, pero eso ya es otro tema.

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    4. Contesto a ambas preguntas aquí, ya que la idea con la que estoy totalmente de acuerdo es la de que, independientemente de la forma en que vivamos, esta debe ser realmente nuestra, no prestada o imitada, de nadie más que nuestra, con sus aciertos y con sus errores. Visto así, da igual si es una vida vivida provechosamente o no, ya que la valoración hemos de hacerla nosotros mismos. Todo es relativo. Personalmente prefiero vivir y no pensar tanto en la vida.

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    5. Cito el fragmento donde Séneca expresa la idea a la que Jaume se refiere:

      "Es triste la condición de todos los ocupados y aún peor la de quienes no se ocupan de sus cosas, duermen conforme al sueño ajeno, caminan según el paso de otro, y para amar y odiar, las cosas más libres que hay, reciben órdenes" (Sobre la brevedad de la vida, XIX)

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    6. Considero que sí, que por supuesto hay formas de vivir más provechosas y otras menos. El problema fundamental es que no somos conscientes del transcurrir de la vida y de nuestra existencia, desde que nacemos o incluso antes todos nuestros actos han estado en cierta media dirigidos, hemos en realidad tomado pocas decisiones por nosotros mismos, por lo que el saber elegir una vida más provechosa se nos hace enormemente difícil, quizás por carecer de herramientas para ello. Sería muy interesante y provechoso tomar consciencia en primer lugar de nosotros mismos, consciencia de lo que nos rodea, consciencia de nuestras alegrías pero también de nuestras "penas", ya que todo en su conjunto forma parte de nosotros, de nuestra vida. Aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor de cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia.
      A la segunda cuestión, contesto también afirmativamente. Es perfectamente válida cualquier forma de vida, incluso aquellas que nos pudieran parecer inútiles, no debemos juzgar la forma de vida de los demás; al fin y al cabo disponemos del libre albedrío, cada uno es libre de escoger la manera de vivir y de relacionarse con los demás y con lo que le rodea.
      Y a la tercera pregunta también contesto de forma afirmativa. Y lo hago porque considero que es evidente que hay formas de emplear nuestro tiempo mucho más provechosas que otras, lo que ocurre es que relacionándolo con la cuestión anterior es un tema muy subjetivo, ya que lo que es provechoso para uno no lo puede ser para otro y viceversa. De todas formas, en esta última pregunta planteada por el Sr. Barbusse se me presentan una serie de dudas acerca de lo que podemos considerar empleo del tiempo, que han ido creciendo a medida que avanzaba en la lectura : ¿se refiere a nuestro tiempo libre?¿está referido a como empleamos el tiempo cuando estamos en nuestras ocupaciones? ¿qué es realmente ocio?¿realizar nuestras aficiones, nuestros hobbies, nuestras esperanzas? ¿sacar lo mejor de nosotros con respecto a los demás?. Espero aclarar estas cuestiones durante el desarrollo de este Otoño.
      un saludo

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    7. Es obvio que Séneca no excluye del ocio aquellas actividades que no impliquen una actividad necesariamente intelectual, pero sí recalca que el ocio mejor invertido es aquel que dedicamos a nosotros mismos, a saber (en la medida de nuestras posibilidades) qué somos, quiénes somos, qué queremos, qué esperamos, dónde estamos: en definitiva, a no quedarse indiferente ante el misterio de ser. En este sentido, la palabra "ocioso" para Séneca tiene un sentido positivo, no peyorativo como podría tenerlo hoy día.

      Hay una preciosa parábola, muy conocida, del escritor americano David Foster Wallace donde se expresa perfectamente esta doble postura ante la vida, la de los ocupados y la de los ociosos. Se titula "Esto es agua" y dice así:

      «Érase dos peces jóvenes que nadaban juntos cuando de repente se toparon con un pez viejo, que los saludó y les dijo: "Buenos días, muchachos ¿Cómo está el agua?". Los dos peces jóvenes siguieron nadando un rato, hasta que eventualmente uno de ellos miró al otro y le preguntó: "¿Qué demonios es el agua?"»

      Pues eso. Hay personas que están en el agua sin saber ni preocuparse en absoluto qué es el agua. Y otros que no cejan en su empeño de querer saber y saber sobre la misma.

      Otra cosa, claro está, es cuál de las dos actitudes es la mejor. Y si realmente se puede saber algo con certeza sobre el agua o no. Y si realmente saber más sobre el agua nos hace sentir mejor o peor, más felices o más desgraciados. Pero esos son otros temas, importantes y largamente debatidos por la humanidad, pero otros temas.

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    8. Acerca de si todas las vidas son igual de válidas (o inútiles), tengo que decir que sí; la vida de cualquier persona es igual de digna y valiosa sea quien sea y se dedique a lo que se dedique. Pero, dentro de esto, creo rotundamente que hay vidas más provechosas y aprovechadas, y lo relaciono con el legado que la persona pueda dejar a los demás. La gente que abre nuevas vías de pensamiento, de conocimiento, que cambia la historia (no necesariamente del mundo, quizá sólo de su pueblo), que sirve de inspiración a otros... esas me parecen vidas provechosas. Aunque a la larga todo se pierda como lágrimas en la lluvia, mientras haya humanidad tendremos referentes a los que agradecer que emplearan su tiempo en, yo que sé, recoger los cuentos tradicionales de su país.

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    9. Cuando lees un ensayo sobre dinosaurios, por ejemplo, te das cuenta de la insignificancia de los seres humanos: los dinosaurios existieron durante unos 200 millones de años, el Homo sapiens apenas lleva 10.000 años sobre la Tierra. Pero una vida no es tan insignificante: un ser humano que dedique toda su vida a quemar el Amazonas o a lanzar millones de toneladas de CO2 a la atmósfera contribuye mucho a la extinción de vida sobre el planeta, por ejemplo. Así que me decanto por la importancia de la vida y de lo que hacemos a lo largo de ella. Sí que hay vidas más provechosas que otras y sí que importa lo que hagas en la vida.

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    10. Sin dudas las hay. Pero no hay que olvidar que Séneca interpela a Paulino. ¿Y quién es Paulino? Pompeyo Paulino además de , padre o hermano de la mujer de Séneca, ejerce de praefectus annonae, el magistrado que supervisaba el suministro de trigo a Roma. Por tanto es un personaje de posición elevada al igual que Séneca. El filosofo cordobés habla para sus iguales. Personas en las que el ocio puede considerarse como posible. Son personas que tiene libertad de elección. En nuestra sociedad, en la que barreras no tienen la importancia de la estratificada sociedad romana, el mensaje de Séneca recobra interés. Vivimos en una sociedad más democrática, con un mayor grado de oportunidades de realización y en el que el ascensor social funciona bien sea que con muchos matices. Con este marco el mensaje de Séneca tiene plena vigencia hoy.

      “Ocioso es quien tiene el sentimiento de su ocio”, nos dice Séneca, y “sólo son ociosos aquellos que tienen tiempo para la sabiduría, solo ellos viven, porque no solo preservan su vida , sino que le añaden todas las demás, y todo lo acaecido antes que ellos es una adquisición”. Como en esa frase, atribuida a Newton, que decía:

      “si he podido ver un poco más lejos es porque iba subido a hombros de gigantes”, Séneca nos habla de la sabiduría de los clásicos, aquellos que nos descubren la verdadera existencia. la existencia plena: El amor, la práctica de la virtud, la ciencia de vivir y morir.

      ¿Es posible mejor forma de vida? Yo modestamente, igual que el maestro Séneca, no lo creo.

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    11. Tema complicado, sobre todo cuando uno no tiene ninguna esperanza de transcendencia. Desde ese punto de vista, uno solo debería vivir, y gastar o malgastar su tiempo, en aquellas cosas que le hicieran verdaderamente felices, siendo tan válido el estudio de la ciencia y la filosofía como la visita regular a cervecerías o el disfrutar viendo programas del corazón en televisión. En cualquier caso, el final va a ser el mismo, y nada de lo que hagamos o dejemos de hacer va a cambiar eso. Ya como opción personal, la mejor manera de vivir debería ser aquella más fiel a nosotros mismos, y al contrario de Séneca sí abogo por la satisfacción de una vida dedicada a los demás.

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    12. A ver, varios comentarios pueden dar la idea equivocada de que Séneca abogaba por un ocio exclusivamente dedicado al estudio y a la sabiduría. No es así. Su idea era sacarle partido a la vida, exprimir al máximo la experiencia vital, con el apoyo de la razón (y la filosofía) como guía para ello. Pero el ocio no excluye el tiempo empleado paseando, haciendo deporte, departiendo con los amigos, cuidando de quienes nos importan, saboreando una buena comida, etc. De hecho eso él lo concibe como tiempo bien empleado porque repercute en nosotros. Lo dice claramente en Sobre la brevedad de la vida, XIX, cuando habla de las actividades excelentes en que se puede emplear útilmente el ocio:

      "El amor y la práctica de las virtudes, el olvido de las pasiones, la ciencia de vivir y morir, la profunda quietud de las cosas"

      Por cierto, es maravilloso eso de "la profunda quietud de las cosas". ¡Se aprende tanto de la profunda quietud de las cosas!

      En fin, ya digo, no se hagan una idea de lo que es el ocio para Séneca como alguien redicho, todo el día hincando codos y adicto al estudio. No es así. La sabiduría es fundamentalmente mantener el timón (en la medida en que se pueda) de nuestra embarcación para que, con el uso de la razón, no vaya de acá para allá al albur de vientos que soplan en direcciones opuestas.

      Saludos.

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    13. Para mí las tres preguntas son difíciles de contestar, pues todo es relativo. En principio, por supuesto que creo que cualquier forma de vida es igual de válida, o de inútil. Cada persona tendrá que valorar si su vida lo es o no, y lo que es una “vida útil” seguramente será diferente para cada persona, lo importante es que cada uno de nosotros sintamos que nuestra vida es enteramente nuestra, independientemente de lo que digan los demás e independientemente de la vida de los demás. El problema es ¿podemos cada uno de nosotros controlar completamente nuestra vida?, yo creo que no. La vida que nos toca vivir, cuando nacemos, donde nacemos, como nos educamos, la vida que nos rodea…, todo nos afecta y no siempre podemos controlar nuestro destino. Supongo que en definitiva se trata de cuidar esa parte que sí podemos controlar, y a esa parte, como decía Séneca, sacarle el mayor partido.

      Respecto a si hay formas de vivir más provechosas que otras, creo que sí, pero de nuevo es relativo, lo que es provechoso para unos, no lo es para otros, y lo que puede ser provechoso para mí, lo que puede ser provechoso para mi bienestar espiritual y me felicidad, a lo mejor no contribuye en nada a la vida provechosa de los demás.

      En fín, sólo tengo más dudas y preguntas, pero sí que creo que cada uno de nosotros debemos hacer lo posible para que nuestra vida sea útil y provechosa y no desperdiciarla en la medida que podamos. Lo que me lleva a estar de acuerdo con que sí que hay una manera de invertir el tiempo mejor que otra, aunque en realidad cualquier actividad que hagamos sea un simple e intrascendente entretenimiento mientras aguardamos la llegada de la muerte. Entiendo que cuando Séneca nos impulsa a desarrollar nuestra vida interior, nos invita a conocernos a nosotros mismos, a saber que queremos, a entender que podemos conseguir, a aprender a no frustrarnos por aquello que queremos y no podemos conseguir, y a saber invertir nuestro tiempo.

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    14. Opino que sí hay vidas más provechosas que otras. Una vida provechosa puede serlo para uno mismo, y también por la contribución al bienestar de otros. En mi opinión, la vida de Seneca fue bastante más provechosa que la de su alumno Nerón…

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    15. Creo que somos responsables de nuestra vida, de cómo empleamos nuestro tiempo y que una vida vivida sin que controlemos lo que creemos que es importante y le reservemos el tiempo necesario, es una vida que se nos escapa. El tiempo pasa sin advertirlo, se nos escurre de las manos. Nos produce la sensación de no haber vivido, de haber perdido nuestros mejores años

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    16. Por supuesto, creo que hay unas formas de vida más provechosas que otras, aunque cada cuál debe escoger su camino y a nadie le servirá el que haya escogido el otro. También pienso que pasamos una gran parte de nuestra vida aprendiendo a vivirla, conociéndola y conociéndonos y que cuando estamos preparados para saber lo que realmente buscamos, da algo de vértigo mirar atrás y ver todo el tiempo que ha pasado.

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  2. Señala una idea recogida en el tratado con la que estés de acuerdo y otra con la que no, y coméntalas brevemente.

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    1. Estoy de acuerdo con que no somos conscientes de la brevedad de nuestras vidas y todo lo deseamos como seres inmortales.
      Y en desacuerdo con que nuestra vidas son suficientemente largas en general. Antes al contrario, son un instante, "un relámpago entre dos oscuridades".

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    2. Estoy de acuerdo con tantas cosas que dice Séneca. Pero una de ellas, la que más me ha llegado es que vivimos siempre "con la expectación que depende de mañana y pierde lo de hoy". Y es verdad que estamos más pendientes del futuro (incierto) que del ahora mismo, que es lo único que tenemos.
      Y estoy en desacuerdo en que el ocio tenga que tener siempre un cariz de provecho, de aplicación en el saber, para uno mismo. ¿Qué haremos sin esos ratos en que no se hace nada, simplemente estar tirado en el sofá, mente en blanco? jajaja

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    3. Estoy muy en la línea de Julia, a medida que lees Sobre la brevedad de la vida, no paras de hacerte preguntas y de estar de acuerdo en muchos aspectos con lo que Séneca nos plantea, sin embargo, y no es que este en desacuerdo, sino que como dije más arriba tengo ciertas dudas conceptuales, no acabo de fijar el concepto de ocio y de ocupación y eso me crea cierta confusión.
      Un saludo.

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    4. Estoy más de acuerdo con la idea de que vivivmos como si fuésemos inmortales. Es cierto que "gastamos" nuestra vida como si nunca fuese a acabar, derrochando a veces el tiempo en cosas superfluas e incluso inútiles, hasta que un día nos damos cuenta de que ese tiempo se va acabando y no va a volver, y llegue, quizás, el arrepentimiento. En cambio, y ahí coincido con A Luis, no estoy tan de acuerdo con el concepto de los ocupados como derrochadores de su tiempo y de su vida, y el concepto de ociosos, dedicados a cultivar su mente y su sabiduría, como espejo en el que nos tenemos que mirar.

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    5. Claro, ahí voy yo, Ramonj.

      Me encanta porque están ustedes haciendo una lectura crítica (como, por otra parte, deberían ser todas las lecturas) de Séneca.

      Porque cuando al final de su vida, alguien dice: "He malgastado mis años, no he aprovechado mi vida", ¿qué quiere decir con ello? ¿qué es exactamente desaprovechar una vida? Esa es la cuestión.

      En este sentido, como vemos y como siempre ocurre con la filosofía, ésta, más que dar respuestas, plantea nuevas cuestiones.

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    6. Estoy de acuerdo con las bellíisimas reflexiones que hace Séneca pero me parece que (como es mi caso) son propias de la edad tardía y la idea de a brevedad de la vida no es muy compatible con la juventud ni tampoco la añoranza del tiempo perdido.
      No creo que haya formas de vidas mas provechosas que otras (toda vida es vivida dice un poeta. )como en el relato de los peces cada una según sus diferentes
      situaciones.Sin duda ha habido vidas mucho mas "provechosas" que otras, sobre todo para el avance y mejora de la vida -(o de la existencia)
      Lo que creo que es importante ,en cualquier edad la "búsqueda de un sentido para la misma.
      Séneca no esperó la muerte.

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    7. Es precisamente la muerte lo que, en mi opinión, da sentido a la vida. El hecho de que tenga un final, obliga no solo a su uso, sino a su abuso. Yo quiero abusar de la vida, estrujarla, hasta donde pueda. Y me apena la gente que pierde el tiempo, como dice Séneca, en banalidades, jóvenes que derrochan su plenitud física envenenándose, personas maduras que se obsesionan con lo fútil, el lujo, el poder y se olvidan de la amistad, el amor de sus hijos o de ellos mismos, ancianos que esperan la jubilación para dedicarse a la molicie, sin pensar en contribuir a mejorar el mundo en el que viven, al que pueden aportar algo tan valioso como su experiencia. Por supuesto, yo no soy una excepción, he perdido mucho tiempo en mi vida, a veces parece inevitable: te absorbe la vorágine. Ese tiempo no vuelve, nunca, es lo único que no se puede comprar.

      Mi respuesta es subjetiva, pero si empleo el domingo en vagar por Internet sin provecho, de un sitio a otro, sin retener ni un ápice de lo que leo o consulto, discutiendo con desconocidos, envuelto en polémicas que se evaporan al instante, en lugar de pasar la mañana con mis hijos, sacando todo el partido de su infancia que nunca volverá, siento que he tirado mi tiempo, lo he malgastado, incluso que lo he pervertido. Sí, hay formas de vivir más provechosas que otras. Solo hay que pararse, salir de esta vía rápida en la que viajamos sin control y plantearse, cada uno, lo que es importante y lo que es superfluo, prescindible y dedicar nuestros esfuerzos en gastar los años que nos sean dados de manera provechosa.

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    8. Estoy de acuerdo en que perdemos mucho tiempo, pero no estoy de acuerdo en que la vida es lo bastante larga, ya que la percepción del tiempo de vida es algo muy subjetivo.
      Tampoco estoy de acuerdo en la división tan tajante de que los ocupados no viven y solo lo hacen los ociosos.

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    9. Estoy de acuerdo con Séneca en que según como vivamos la vida, como empleemos nuestro tiempo, cuál sean nuestras inquietudes, las cosas que nos interesan, la vida puede ser ganada o perdida. Tenemos que aprovechar la experiencia de las personas sabías que nos han precedido, su legado.
      Ahora bien, creo que es muy limitado centrar el empleo del tiempo en la filosofía, también el arte, la poesía, nos enseñan muchas cosas sobre la vida y como vivirla, que la filosofía no puede. Lo que María Zambrano llamada la razón poética. Además, considero fundamental para no llevar una vida vacía e insatisfactoria, el interesarse, comprometerse y actuar por la sociedad y las personas (los derechos humanos, el medio ambiente, la justicia, la violencia, el sufrimiento innecesario y erradicable). No sólo nosotros debemos ser objeto de nuestra reflexión, como creo ver en Séneca, sino también en que mundo queremos vivir

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    10. La inevitabilidad de la muerte no justifica una actitud nihilista por la que hagamos lo que hagamos todo dé igual. Esto eliminaría una actitud ética en nuestras vidas.
      Al contrario, precisamente saber que somos mortales debe ser un acicate para dar sentido a nuestra vida aprovechando mejor el tiempo sin temor a la muerte.
      Vivimos como si no fuéramos a morir, como si nos quedara aún tiempo suficiente para hacer cosas o proyectos poco definidos. El no conocer la duración de la vida que nos queda nos quita angustia, pero nos hace inconscientes y así existimos sin vivir, como Séneca dice.
      Reflexionar y analizar lo que somos y hacemos, y el apoyo de otros, nos puede ayudar a gestionar el tiempo de que disponemos.

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  3. Efectivamente, estoy de acuerdo en que vivimos como si fuéramos inmortales. Es una idea que subrayé inmediatamente en el libro, pensando ¡cuánta razón tiene! Pero creo que es un defecto de juventud. Con el tiempo, somos cada vez más conscientes de lo deprisa que pasa y de la posible llegada de la muerte en cualquier momento. Y creo que de no ser así, si pensáramos siempre en la inminencia del fin, la vida resultaría demasiado dolorosa ¿Para qué hacer nada, tener hijos, amigos, compañeros, si todo nos será arrancado por la fuerza? Y eso sí sería una vida malgastada.
    La vida es lo único que tenemos, no hay otra cosa. Y debemos vivirla como más nos guste. Aunque creo que siempre habrá que dedicar una parte de nuestro tiempo a conseguir lo necesario para disfrutar de la otra parte. No creo que sea posible vivir solamente haciendo lo que nos gusta, salvo teniendo lo primero resuelto. Así, no me sorprende que criticaran a Séneca precisamente por ser un hombre riquísimo.
    Lo cual tampoco quiere decir que no nos preocupemos a veces en exceso por cosas que no lo merecen. Pero en eso consiste la vida, creo yo, en la pelea por mantenerse en pie, por vivir mejor, por ayudar a los que tenemos cerca, compartir con los demás. A lo mejor cosas no agradables de hacer, pero satisfactorias en otros sentidos.

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  4. Me gusta mucho la distinción que hace Séneca entre erudición y sabiduría, y creo que es más necesaria la segunda para alcanzar una vida feliz y plena. Sabiduría y sentido común son dones que escasean a nuestro alrededor y que contribuirían a nuestra felicidad y tranquilidad de espíritu.
    Una idea de Séneca que no comparto del todo, seguramente porque generaliza demasiado, es cuando el filósofo dice que los placeres mundanos están revestidos de ansiedad porque nunca se sabe cuando terminarán. Creo que los pequeños placeres mundanos (tomarse un helado con un amigo, pasear sin ningún fin, tener dinero para comprar libros, etc.) contribuyen a nuestro bienestar. Supongo que Séneca se refiere a los grandes dispendios y disipaciones, pero cuando dice que producen ansiedad porque no sabemos cuándo acabarán entra en contradicción con su propio consejo de "Carpe diem", de vivir el presente.

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    1. Me atrae de Séneca ese “ars moriendi” que con tanta lucidez y fuerza plantea, y a la vez creo que no siempre las condiciones de vida son las óptimas para que esa luz senequista ilumine ese último instante. Sin ir más lejos sospecho que en su propia muerte no fue una buena muerte.

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  5. De acuerdo estoy con casi todas las ideas: con la necesidad de parar un momento, dejar de lado los planes de futuro y las pequeñas miserias cotidianas, e intentar disfrutar y aprovechar cada momento porque realmente la línea entre la vida y la muerte es muy fina. No estoy de acuerdo, como ya anunciaba en el comentario a la primera cuestión, en su limitada idea de lo que debe tener una vida provechosa: ¿qué tiempo mejor utilizado que el de pasear entre los árboles, consolar a un enfermo, tomarse un café con un amigo en un bar?

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  6. 1. Difícil pregunta. Resulta complicado responder pues realmente ignoramos, o yo lo ignoro, que puede significar que la vida sea “provechosa”. Quizás lo importante es que tu sientas que tu vida lo es para ti, que estás disfrutando del breve tiempo que se te ha dado y procuras también que lo hagan quienes están a tu alrededor (familia, amistades, personas con las que te ves obligado a convivir…). No agobiarse por lo que no se puede conseguir y tomarse los contratiempos con la mayor calma posible.
    ¿Quién soy yo para decidir lo valida o inútil que es una vida?
    Que la muerte vendrá es impepinable. Cuándo, lo ignoramos. Si lo que hacemos es simple entretenimiento o no, no lo sé, es posible que sí y que, después de milenios y milenios (o menos, al paso que vamos) nos extingamos como especie y se borre toda memoria de nosotros. Pero, como no lo sabemos ¿por qué preocuparnos? Vivamos, seamos felices, procuremos que los demás lo sean también en la medida de lo posible, tratemos de dejar un mundo mejor para quienes vengan después de nosotros y que sea lo que tenga que ser.
    2. No se trata de una idea en concreto, es más una sensación: la de que Séneca era un ciudadano romano de la élite y hablaba para sus pares. Evidentemente, todo esto que expresa en su libro está dirigido a personas que disponen de tiempo para dedicarlo, como él dice, a estar “ocupados” u “ociosos”; es decir, no se trata de esclavos explotados e incultos (los había más cultos que sus amos, por lo que tengo entendido), ni de personas que deben trabajar durante muchas horas para sus amos o para mantener a una familia, mujeres que deben ocuparse de la casa y la crianza de los niños, soldados siempre en movimiento y en lugares lejanos… Su mensaje va dirigido a personas privilegiadas, básicamente varones, que son las únicas que pueden permitirse el lujo de disponer de su tiempo para leer, pasear, reflexionar y debatir, o para “perderlo” en otras ocupaciones.
    Afortunadamente, la sociedad actual permite que muchas más personas podamos disponer de un tiempo libre que podemos dedicar a lo que queramos. Y, como dije antes, lo importante es que aquello que hagamos nos haga sentir bien y, si es posible, haga también sentir bien a quienes nos rodean. Porque disponer de tiempo es el mayor lujo que existe. Y con esta idea sí que estoy totalmente de acuerdo con Séneca.

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    1. Al hilo de las ideas con las que esté de acuerdo o no con Séneca, añadir que yo me quedo con las frases lapidarias, que son las más incisivas, las que más remueven.

      Por ejemplo:

      "Oirás decir a la mayoría: 'A los cincuenta años me jubilaré, a los sesenta años me retiraré'. ¿Qué garantía tienes de una vida tan larga? ¿Quién permitirá que sea como dispones? ¿No te da reparo [aquí alguna traducción es todavía más contundente y dice: ¿No te da vergüenza?] reservarte los restos de la vida y destinar a la sana reflexión sólo el tiempo que no puede emplearse en otra cosa? ¡Qué tarde es empezar a vivir cuando hay que terminar!"

      O bien:

      "Si se pudiera poner ante cada cual, del mismo modo que los años pasados, el número de los venideros, cómo temblarían los que vieran que les quedaban pocos y cómo los ahorrarían".

      Y esta podría ser la crítica a Séneca: que por mucho que nos diga las cosas claras y a la cara, no le vamos a hacer ni caso. Vamos a seguir viviendo como si fuésemos inmortales. Nos importa un bledo que alguien de la sinceridad de Séneca nos diga que a qué esperamos para vivir, que puede ser que mañana no estemos aquí. Y nosotros preocupados de estupideces, de nimiedades ridículas y de obligaciones voluntarias.

      En esto se demuestra, como decía Cioran (otro de mis filósofos preferidos), que el hombre es incompatible con la sabiduría. Ya se puede desgañitar Séneca (y tantos otros), que nosotros a lo nuestro.

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    2. Rizando el rizo ¿no es esta una obligación voluntaria? ¿Estamos viviendo mientras la hacemos o mejor nos vamos a dar un paseo al solecito, que ahora gusta mucho?

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    3. Eso ya depende de cada cual. Cualquier actividad que se percibe como obligación deja automáticamente de ser ocio. Por eso dice Séneca que "ocioso es quien tiene sentimiento de su ocio". Cultivamos nuestro ocio porque nos procura un disfrute, o alguna utilidad para nuestra vida, o simplemente la posibilidad de ver mejor eso que llamamos realidad. Y eso, para mí, es sentirse vivo porque nos acerca a nosotros mismos.

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    4. Es difícil elegir una, pero en relación con lo expuesto más arriba, creo que sería la frase “no tenemos poco tiempo, sino que perdemos mucho”.

      Discrepo de Séneca cuando considera a los aficionados a la música e intérpretes como personas que “no tienen ocio, sino vano negocio”. Aunque hay que considerar el contexto, ¿pensaría igual el maestro de haber podido escuchar las composiciones de Mozar, Beethoven o, perdonad los clásicos, Miles Davis y Jimi Hendrix? Si me dan a elegir entre estos y la Física de Aristóteles…

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    5. Estoy muy de acuerdo en que perdemos mucho tiempo. Pero la idea de que para alargar la vida deberíamos dejar las ocupaciones, de que el tiempo que dedicamos a otros ("todos los que te llaman para sí te alejan de ti mismo") es tiempo derrochado, me resulta muy egocéntrica. El caso es que a la vez estoy de acuerdo (cuántas veces desea uno mandar lejos las responsabilidades), pero no creo que al final de mi vida me arrepienta del tiempo empleado en cuidar de los hijos, de los padres, por mucho que eso me haya limitado el tiempo para mí misma. Igualmente, el compromiso con una causa puede dar sentido a la vida, y asumir responsabilidades es necesario para que el mundo funcione. No es factible que todos abandonemos las ocupaciones y nos retiremos a buscar la sabiduría. Como ya se ha dicho en otros comentarios, esa parte me resulta sumamente elitista.

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    6. Estoy de acuerdo con la idea de que vivimos como si fuésemos inmortales. Una de las frases lapidarias de Séneca es:

      ”Teméis todo, como si fuerais mortales, y deseáis todo, como si fuerais inmortales. Oirás decir a la mayoría: "A los cincuenta años me jubilaré, a los sesenta años me retiraré". ¿Qué garantía tienes de una vida tan larga? ¿Quién permitirá que sea como dispones? ¿No te da reparo reservarte los restos de la vida y destinar a la sana reflexión sólo el tiempo que no puede emplearse en otra cosa? ¡Qué tarde es empezar a vivir cuando hay que terminar! ¡Qué estúpido olvido de la mortalidad es diferir hasta los cincuenta o los sesenta años los buenos propósitos y querer iniciar la vida allá donde pocos llegaron!”

      Y creo que tiene razón, tal vez nos pasamos la vida pensando en qué haremos en el futuro que se nos escapa el presente. La frase que Séneca dice justo al principio en el capítulo I lo describe de una forma que casi da miedo: …, exceptuando a muy pocos, al resto le abandona la vida durante los propios preparativos de la vida.”



      Séneca también dice: “Lo que significa que no recibimos una vida breve, sino que la abreviamos; y que no somos indigentes de vida, sino derrochadores.”

      Como he dicho, estoy de acuerdo en que somos derrochadores, pero no tanto en que recibamos una vida breve y creo que aquí el propio Séneca se contradice, porque para tener una consciencia plena de nuestra vida, de lo que somos, hace falta tiempo, hace falta el transcurrir de la vida. Adquirimos esa consciencia con el tiempo, cuando tal vez ya ha pasado la mitad de nuestra vida. Muy pocos jóvenes, si es que hay alguno, tienen pleno conocimiento de la proximidad de la muerte y consciencia plena del aprovechamiento de la vida. Esta consciencia va en contra de lo que llamamos juventud.

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    7. Estoy de acuerdo en que dilapidamos nuestro tiempo y en que podemos, y debemos, aprovecharlo mejor. Vivimos una vida acelerada que nos lo acorta y hace que lo malgastemos queriendo apurarlo.
      Es queja común decir: no tengo tiempo, o al contrario, ahora que lo tengo no sé que hacer con las horas y días libres de que dispongo, o que los achaques de salud no permiten disfrutarlo. Necesitamos más introspección y autoanálisis para mejorar el uso de nuestro tiempo.

      No estoy de acuerdo en el matiz egoista que se da al estar libre ocupaciones, a no ceder nuestro tiempo porque así lo perdemos para nosotros. Vivimos en sociedad y nos necesitamos. Compartir o dedicar nuestro tiempo a los demás es imprescindible y enriquecedor. Ceder nuestro tiempo no siempre es malgastarlo.

      Séneca habla desde una posición superior, elevada y se dirige a un interlocutor de parecida posición. Habría que ver cómo se aplica lo que yo creo que de verdad tiene su obra al común de los mortales.

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    8. Vuelvo a insistir en una idea que creo que algunos han malinterpretado: Séneca no apuesta por una vida sin compasión, sin amor y sin relación con los demás. Al contrario, la dedicación/ocupación/preocupación por los demás, no nos hace perder tiempo, sino ganarlo, si los hacemos porque lo sentimos. Lo que nos hace perder tiempo es la dedicación a cosas que no nos reportan nada, que no nos hacen sentir, que hacemos porque sí, porque el sistema social establecido nos dicta que hemos de hacer. Y eso nos impide vivir de verdad.

      La interioridad que preconiza Séneca es todo lo contrario del aislamiento místico, del egoísmo social o de la misantropía: hay que verse el interior para poder ver el exterior. Es aquello de Unamuno de "la soledad buscada", de la necesidad de alejarse momentáneamente de los demás para poder acercarse a ellos, para quererlos más y mejor.

      (Aprovecho aquí para recomendarles un libro magnífico a este respecto que se titula "La resistencia íntima", de Josep Esquirol, que habla precisamente de esta búsqueda de interioridad compasiva en la hedonista sociedad actual).

      Por eso vuelvo a citar este fragmento clave de la obra de Séneca, cuando habla de en qué actividades se puede invertir mejor el ocio: "El amor y la práctica de las virtudes, el olvido de las pasiones, la ciencia de vivir y morir, la profunda quietud de las cosas".

      De hecho, el concepto de Séneca de amistad (tendremos tiempo de verlo en Cartas a Lucilio) es uno de los más altos y bellos que se hayan definido jamás (y que luego Montaigne recoge y desarrolla en sus maravillosos ensayos).

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    9. Estoy en desacuerdo con esta afirmación: " Algunos males deben curarsesin el conocimiento de los enfermos; la causa de la muerte de muchos fue el tener noticia de su propia enfermedad". Me parece una idea injusta y paternalista.
      El principio del texto, en cambio , alberga una de las ideas más interesantes : " (...) ese tiempo concedido se nos pasa tan rápido y veloz que, exceptuando a muy pocos, al resto le abandona la vida durante los propios preparativos de la vida." Ciertamente, dedicamos más tiempo a nuestros planes y deseos que a la acción.

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