Un libro y toda la soledad

Cartel de la exposición en la fachada de la Biblioteca Nacional, Madrid

Por cierto que en la Biblioteca Nacional tienen ustedes una exposición verdaderamente extraordinaria dedicada al escritor Camilo José Cela (este dato de que Cela era escritor todavía a algunos les pilla por sorpresa). 

Con el título Un libro y toda la soledad (un título precioso donde los haya), la exposición ha sido comisariada por Adolfo Sotelo, catedrático de la Universidad de Barcelona y gran especialista en la figura y en la obra del autor. Esto lo único que quiere decir es que estamos ante una muestra rigurosa, amena, muy didáctica y plenamente concluyente de por qué Cela es uno de los más importantes exponentes de la literatura española de todos los tiempos (pese a que le pese a Rafael Reig y demás insectos trompeteros de nuestra vigorosa narrativa contemporánea).

Si están en Madrid, o pasan por Madrid, no se la pierdan. Disponen para verla hasta el 25 de septiembre. Luego, a partir del 18 de noviembre, estará en Santiago de Compostela. Dos oportunidades tienen; no habrá una tercera. 

Comentarios

  1. Muchísimas gracias por la información. ¿Has visto la exposición?¿Que te pareció?

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  2. Me estoy acordando estos días de usted, señor Barbusse, ya que estoy leyendo "La rosa" de Cela, y me está pareciendo una verdadera maravilla y un libro divertidísimo. Comprendo ahora, y celebro, lo que usted dice irónicamente arriba: "este dato de que Cela era escritor todavía a algunos les pilla por sorpresa". Qué gran verdad. Y es que aquí en nuestra querida España la mayor parte de la opiniones son superficiales y de boquilla. Un saludo.

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    Respuestas
    1. Qué buen ojo tiene usted, amigo mío.

      Es que "La rosa" además de ser una delicia, un libro excepcional, con una prosa transparente y poética, es una de sus mejores obras, sin ninguna duda.

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    2. Y de los pocos libros de nuestra literatura con ese acierto en el estudio de un alma infantil, con esa ternura además, que pocos identificarían con Cela.

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    3. Totalmente de acuerdo. En la captación del mundo del niño y en la exploración de sus sentimientos solo es parangonable yo creo a "El camino" de Delibes (siendo ésta una novela y la otra unas memorias).

      Ambas obras, de la década del 1950, abren una nueva vía en la literatura de posguerra española, aunque hay que decir que Cela se había adelantado notablemente en el estudio de un alma infantil, de carácter mucho menos ingenuo, en "Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes", que es de 1944.

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    4. Caso curioso el de Rafel Reig. En las distancias cortas, el tío funcionaba (tenia una columna en Metropolís sobre una cárcel de papel o algo así, no estoy seguro del título; ya que, al ir a comprobarlo, he visto que de internet ha desaparecido todo rastro) y funciona (vease, si no, su blog) pero al ir a escribir una novela... pero...

      Lo que parece claro -y en este caso, incluso, evidente- es que resulta más fácil exprimirle el jugo al ingenio contra "alguien" (en la citada cárcel le ponía a caer de un burro al encausado de cada semana) que hacerlo para construir "algo" consistente con verdadero fundamento.

      ¡Un abrazo, mister!

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    5. Así es, Julián. Como diría nuestro Sancho: "Herradura que chacolotea, clavo le falta".

      Un abrazo.

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