Comienza la lectura de Frankenstein

Die weisse Hölle vom Piz Palü, de Arnold Fanck y Georg Wilhelm Pabst, 1929


Una vez terminado el primer bloque de este Otoño Shelley, comenzamos ahora la lectura guiada, ilustrada, colectiva y participativa de Frankenstein. Además, para compensar lo apretado e intenso de la primera parte del monográfico, va a ser ésta una lectura tranquila y dilatada, que nos ocupará unas cuatro semanas. 

Ignorada durante más de ciento cincuenta años por el mundo académico, Frankenstein no ha dejado ja­más de editarse desde su primera publicación en 1818. Has­ta los años 70 del siglo XX, cuando comenzó a ser rescatada por un tipo de crítica literaria que cuestionaba los «efectos de verdad» del canon clásico, una de las características más sobresalientes del destino de la novela de Mary Shelley había sido una mezcla de aprecio popular y de incomodi­dad por parte de los lectores cultos. 

Casi nada en los displicentes comentarios de los críticos canónicos, o en el tipo de productos de consu­mo masivo que ha suscitado Frankenstein, entre ellos el cine, prepara al lector contemporáneo para la riqueza argumental y significativa de la novela. Esto hace doblemente apetecible descubrir por nosotros mismos, de primera mano, lo que nos tiene que decir Mary a través de su historia y de las voces de sus personajes, que, como siempre ocurre con los clásicos, ofrece un amplio abanico de posibles interpretaciones. 

Como ha dicho Isabel Burdiel, una gran conocedora de la novela, leer Frankenstein a principios del siglo XXI «es una experiencia de lectura que, por esperada y previsible en sus efectos, re­sulta extraordinariamente inquietante en su inesperada no­vedad y en su capacidad para transmitir la profunda ansie­dad epocal y biográfica de la que surgió, despertando, al mismo tiempo, familiares inquietudes contemporáneas». Es, por tanto, lógico preguntarse: ¿Qué es lo que hoy todavía inquieta y sorprende, y se resiste a ser explicado, en la iden­tidad monstruosa de Frankenstein?

La lectura de la novela se dividirá en varias sesiones semanales, cada una de las cuales culminará con la publicación en el blog de una serie de actividades relativas a los capítulos leídos. El calendario es el siguiente:

10 al 14 de octubre: Lectura hasta el cap. 4 incluido
15 de octubre: Actividades lectura I
15  al 21 de octubre:  Lectura caps. 5 al 10  
22 al de octubre: Actividades lectura II 
22 al 28 de octubre:  Lectura caps. 11 a 17
29 de octubre: Actividades lectura III
29 de octubre al 4 de noviembre: Lectura caps. 18 a 24
5 de noviembreActividades lectura IV y Cuestiones de debate
18 de noviembre: Fecha tope de entrega de actividades y cierre Lectura

Los participantes, una vez completadas las actividades, han de enviarlas al correo electrónico elinfiernodebarbusse@gmail.com, bien una por una, bien todas al final de la lectura, pero siempre antes del 18 de noviembre

El lector tiene a su disposición en librerías y bibliotecas una amplia variedad de ediciones de la novela. La que se va a seguir aquí para la lectura es la que incluye la traducción de Francisco Torres Oliver (Nórdica, Valdemar, Alianza, Vicens Vives, etc.), realmente magnífica, la cual sigue estrictamente la estructura y el texto original de la tercera edición de la novela, de 1831, considerada por Mary como definitiva. Otra traducción excelente es la de José C. Vales, que pueden encontrar en Austral. Si ustedes desean leer la versión de 1818 (en mi opinión, espléndida), les recomiendo la edición de Cátedra, a cargo de Isabel Burdiel. No obstante, leer esta versión puede confundir al lector al hacer las actividades de lectura que se proponen, ya que la estructura en volúmenes y capítulos de esta edición varía con respecto a la de 1831, que es, repito, la que se va a seguir aquí. 

De momento, nada más. Abríguense, que nos vamos. 

Les deseo una placentera y fructífera lectura. 

Comentarios

  1. Querido Barbusse, la imagen elegida para el inicio de la lectura no podría ser más espectacular, y además simboliza perfectamente el abismo entre la mano del Creador y la pequeñez del hombre. A disfrutar la lectura!

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